La comunidad judía del Principado de Asturias realizó ayer el tradicional encendido público de Janucá, la fiesta de las luces en el calendario judío, y lo hizo por primera vez en la plaza Daoíz y Velarde, y no en la del Fontán, frente a La Casina de la comunidad hebrea, como era tradicional.

"Para nosotros era más cómodo el lugar anterior, pero lamentablemente desde el Ayuntamiento nos dijeron que no era el lugar adecuado. Pero nosotros nos acomodamos a las circunstancias", comentó resignada Aida Oceransky, presidenta de la Comunidad Israelita de Asturias. No obstante, sí le llamó la atención que en el recinto que a ellos les negaron, el Ayuntamiento sí permitiera que se celebrara, en su momento, una fiesta de Halloween.

Entre los muchos asistentes, algunos llegados desde Galicia, León, Cantabria y Extremadura, había también un grupo de niños, no en vano la celebración de la Janucá es también una fiesta dedicada a ellos.

Y entre los asistentes, dos concejales del PP, Agustín Iglesias Caunedo, y Gerardo Antuña; en representación de Ciudadanos acudió Luis Pacho.

Poco antes de que Oceransky invitara a Caunedo a encender las velas, tuvo un especial recuerdo para el exalcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo. "Gracias a él tenemos nuestra sede, La Casina, en un intento de reparar simbólicamente todo lo que nos quitaron al pueblo judío cuando nos expulsaron de España".

Una ocasión que Oceransky aprovechó para reivindicar el anhelo de regresar a España que tienen quince mil judíos , o por lo menos, de tener pasaporte español. "Somos un pueblo que mantiene un vínculo amoroso con el país que nos expulsó", sentenció.

Después llegó el gran momento. El encendido de la januquía o candelabro de Janucá, con seis velas, que son las correspondientes al día de ayer -se enciende una cada día, hasta completar las ocho- y después entonaron una canción en la que se recordaba la recuperación del templo de Jerusalén, de manos del imperio seléucida y la reinauguración del mismo por los Macabeos.

Finalmente, llegó el momento de la confraternización en torno a a unos dulces típicos de esta celebración, fritos en aceite de oliva, y regados con sidra, como explicó la rumana afincada en Oviedo Viorica Musatoiv. "Unos son buñuelos rellenos de mermelada, los 'sufganiot', que los hice yo, y otros son como pastas con la figura de la estrella de David, y todos forman parte de la gastronomía judía", detalló mientras preparaba una de las mesas.

Entre los asistentes había representantes de muchas comunidades religiosas y también masones, no en vano la de ayer fue una fiesta de confraternización, como se encargaron de enfatizar.