La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cómo esperar lo mejor para el nuevo año

Comienza 2017 y es buen momento para tomar una actitud positiva l También es tiempo de abrir la mente y dejarse llevar

Cómo esperar lo mejor para el nuevo año

Parece que es tiempo de hacer propósitos para el Año Nuevo, aquí van algunas sugerencias que cubrirán sobradamente nuestros deseos. Vamos con ellas en las siguientes líneas:

Dejar de enjuiciar. Juzgar las cosas como buenas o malas está fuertemente arraigado en nuestra vida. Es una facultad que nos ha ayudado a sobrevivir, pero que implica una reacción automática dirigida a rechazar lo que juzgamos malo y a correr detrás de lo que calificamos como bueno. Cuando ya ha sucedido algo, ya está aquí, "bueno" o "malo", mejor será emplear nuestro "juicio" en vivir lo que ya es.

Paciencia. La tensión, el miedo, la ansiedad nos contraen y limitan nuestras posibilidades. La paciencia implica el reconocimiento de que las cosas tienen su propio ritmo y, siendo así, de poco sirve intentar apresurarlas o forzarlas. Podemos interferir en el curso de los acontecimientos, pero la mayor parte de las batallas que emprendemos con esta intención están destinadas a la derrota, porque olvidamos que no todo está bajo nuestro poder.

Mente de principiante. Nuestros pensamientos y creencias nos pueden impedir ver lo que es tal como es. Esta dificultad surge de nuestra tendencia a mirar las cosas que suceden desde puntos de vista conocidos. Abrirse a posibilidades nuevas también trae hechos nuevos.

Confianza. La experiencia propia de la vida es la fuente de la sabiduría. Por otro lado, somos quienes somos en cada momento, no podemos ser otro. Mejor será descubrirnos a cada instante, dejándonos sorprender por el propio proceso de ser.

No forzar las cosas. Tenemos muchas dificultades con llevar esto a cabo. Nos aterroriza dejar de perseguir resultados. No se trata de abandonar metas, proyectos, propósitos, sino de estar atentos a las cosas que van llegando, aunque no sean aquellas que hayamos decidido que tenían que suceder en un principio.

Aceptación. Desperdiciamos mucha energía resistiéndonos a las cosas que ya están presentes. Cuando es algo que no deseamos, ponemos mucho empeño en negarlo o rechazarlo. Ningún cambio puede producirse sin aceptar el punto del que se parte. Rendición no significa resignación, sino abandonar la lucha interna para poder dedicar nuestra energía a seguir adelante.

Soltar lastre. Aferrarnos a algo requiere muchísimo esfuerzo. Podemos pasarnos la vida agarrando algo con fuerza por temor a perderlo. Creemos que de ese modo lo poseemos, cuando en realidad nos mantiene atrapados y paralizados. Abre la mano y suéltalo, solo si tienes la mano abierta podrás recibir las cosas que te llegan sin esfuerzo.

Lo mejor de estas sugerencias es que están disponibles para cualquiera que lo desee, sólo tiene que pedirlo.

Compartir el artículo

stats