"Dos jóvenes pintores, el ovetense Francisco Pol, y el langreano Miguel Ángel Lombardía, visitaron a Picasso en Cannes con un desenlace que ni soñaban. 'En total estaríamos unas nueve horas con Picasso. Recorrimos toda su casa, que es como un gran estudio. Es cómoda, pero elemental. No parece la casa de un pintor. En sus paredes tendrá colgados una media docena de cuadros. Al final, cuando nosotros creíamos que ya se había agotado el tiempo de nuestra audiencia, su mujer nos invitó a cenar, a que pasásemos en su compañía la Nochevieja. Pensamos que se trataba de un cumplido y dijimos que no. Pero volvió a insistir y tuvimos que aceptar. La verdad es que todo aquello nos parecía mentira' comentaron los aún impresionados pintores".