En la mayoría de los hogares ovetenses el día comenzó ayer muy temprano. Con ilusión, nervios, gritos, saltos desde la cama y sobre todo mucha felicidad. Los Reyes Magos cumplieron su parte del trato y cubrieron de regalos a todos los niños que se portaron bien durante el año pero la niebla de primera hora y el frío, que se quedó en la ciudad todo el día, provocó que muchos permaneciesen en casa para disfrutar de sus nuevos juguetes. Aunque hubo quienes no pudieron aguantar y salieron, bien abrigados, a la calle para estrenar sus nuevos juguetes.

"Es la equipación de Keylor Navas", destacó Pedro Vega, de 5 años, señalando con ilusión unas prendas idénticas a las que luce el portero del Real Madrid durante los partidos. Su hermano Pablo ponía a prueba sus capacidades bajo palos vistiendo también ropa nueva del mismo equipo y chutando un balón que les dejaron Sus Majestades. Y juegos para la videoconsola y libros. "Estoy muy contento con lo que me han traído", destacó Pablo. Sus padres Elena Cigarrán y Pedro Vega pasaron la mañana disfrutando de la felicidad que irradiaban los pequeños. Ella se puso por primera vez su abrigo nuevo y a él le dejaron un casco de ski.

"Llevan toda la mañana con la sonrisa puesta porque todo lo pidieron les vino", explicó ayer Soledad Jiménez, que paseaba con su familia por Campo San Francisco. Los afortunados fueron Alan Jiménez, de 10 años, Matías Jiménez, de 7 y Tobías Mendieta, de 2. "Ya he estado jugando con la consola y el juego de Pokémon", señaló Alan. Matías hizo lo propio y antes del paseo se dio una vuelta con su bici nueva, que "va genial". Al más pequeño, Tobías, aún le duraba la alegría de un día en el que "lo despertó la yaya con los regalos en la habitación", explicó su madre, Katerine Benítez.

"Empieza a disfrutar de verdad este año, porque el pasado era muy pequeña", comentó, por su parte David Laso, quien disfrutaba de una mañana familiar a pocos metros, en las barracas del Paseo del Bombé. Su hija Alma, de dos años, "cuando vio los regalos chifló". Su favorito fue un patinete. Hasta que no jugó un rato con el por la casa, señaló su padre, no siguió desempaquetando. "Es un día para que los más pequeños disfruten", expresó mientras ella se deslizaba por la colchoneta. Dijo, además, que una vez pasen estos días de fiesta prepararán una caja para donar algunos de los juguetes que llenan la habitación: "Es que ya tiene demasiados".

Cerca del Paseo de los Álamos Víctor Lozano daba una vuelta con sus padres y con sus abuelos, que vinieron desde Valencia. "Me gustaron mucho los regalos. Me encantaron", dijo tras enumerar varios juegos de construcciones que le dejaron los Magos. "Va a tener mucho trabajo", intervino entre risas su madre, Isabel Rudeiro. "Ya construí un Milenium Falcon", respondió orgulloso, recordando que en su día ya logró montar una de las naves de la película Star Wars.

Como el resto de los niños ovetenses tiene ahora un año por delante para disfrutar de sus regalos y empezar a ganar puntos para que el año que viene los Reyes vuelva a colmarle de regalos.