En la memoria del curso pasado, el personal del Instituto de La Corredoria recogió que, a lo largo del año escolar, el contacto con la Policía fue "regular" a causa de los frecuentes altercados surgidos en el centro. De ahí surgió también una colaboración que se plasmó en charlas sobre acoso escolar, violencia de género o los riesgos en el uso de nuevas tecnología. En el segundo trimestre "se presentó en la Comisaría de Oviedo denuncia por intento de hurto de un ordenador e incautación de armas blancas". Y en el tercero, "otra por hurto de un ordenador y un vídeo proyector que fue recuperado por la Policía a los pocos días". Además, diversos agentes llegaron a personarse en el instituto para pedir "los datos de filiación de algún estudiante implicado en posibles delitos".
Las conclusiones del personal señalan que "buena parte de los problemas de disciplina y convivencia" se derivan de este tipo conductas disruptivas y la falta de interés por el aprendizaje de estos alumnos. Y también que, pese a los problemas, "los alumnos se identifican positivamente con su centro", mientras que los profesores tenían una percepción "más negativa" de la convivencia.
