La alumna del instituto de Secundaria de La Corredoria que, con la denuncia de su familia, destapó los problemas de convivencia en el centro de enseñanza asiste a clase regularmente desde el pasado martes. Su madre, Sagrario Villar, ha recapacitado sobre el cambio de centro, la opción que barajaba inicialmente para proteger a su hija, y lo ha dejado en suspenso. "Yo tenía pensado que cambiara, pero cuando los inspectores de Educación, que vinieron de parte del Consejero, me preguntaron qué iba a hacer me dije: 'pero, ¿por qué va a ser ella la que se tenga que ir?'".

De momento, la chiquilla, de 14 años y que llegó a autolesionarse por los ataques que recibía a través de una red social, asiste a clase con normalidad y está tranquila, según su madre. El martes solo estuvo unas horas en el centro y ayer miércoles toda la jornada lectiva. También ayer, la dirección del centro dio a los alumnos una charla sobre el acoso.

Sagrario Villar cuenta que su hija va tranquila, arropada por su pandilla de amigas, "haciendo grupín" y dice que le ha aconsejado "que no haga caso de las habladurías: que digan lo que quieran".

Los responsables de los insultos y el acoso a su hija, que estudia tercer curso de la ESO, siguen sin localizar, al menos que ella sepa. De hecho, Sagrario Villar reconoce tener escasas expectativas sobre que esa investigación llegue a buen término, aunque no desiste de ello.

"He querido ayudar a mi hija", dice, acerca de las razones que la llevaron a denunciar públicamente el caso de la chica. Ahora confía en que la situación se reconduzca y pueda continuar asistiendo a clase con normalidad en el instituto de La Corredoria.