El juicio por el crimen de la mancuerna continuará mañana en la Sala del Jurado con las pruebas testificales a partir de las diez de la mañana. Es la segunda sesión de un proceso judicial que comenzó el jueves en la sección segunda de la Audiencia Provincial con la declaración del único inculpado en la muerte de Isabel Márquez Uría; su pareja sentimental Jorge Portillo, que confesó ante la jueza haber matado a la mujer golpeándola con una pesa de gimnasio afectado por el consumo de alcohol.

La Fiscalía y las acusaciones solicitan para él una pena de prisión de 25 años y 10 más de libertad vigilada al considerarle culpable de unos hechos que conmocionaron a la ciudad el 5 de noviembre de 2015. El acusado mantenía una relación de pareja con la víctima desde el año 2011. El ministerio fiscal sostiene que Portillo, de 52 años, trató de aprovecharse de la mujer desde un principio: "El supuesto asesino "trató de aparentar ante la víctima una situación económica desahogada, llegando a fingir incluso que trabajaba o que estaba a la espera de cobrar importantes sumas de dinero".

"Teníamos alguna discusión por temas económicos, pero Isabel y yo estábamos muy enamorados". Así describió Portillo la relación que mantenía con su compañera, a la que describió como una mujer con "una personalidad fuerte y muy ansiosa". Dijo que consumían juntos alcohol "de manera habitual", pero que aún así no había tenido problemas serios con ella. Además, declaró que a la fallecida le gustaba mucho estar en casa y que era él el que la convencía habitualmente para salir porque no hacían "mucha vida social en la calle".