El joven de 20 años que resultó herido el viernes al arder la cocina de su domicilio del número 5 de la calle Sánchez Ocaña, en el Palais, permanece ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) aquejado de quemaduras de segundo y tercer grado en el pecho y en un brazo, y a la espera de recibir tratamiento en el área de cirugía plástica del centro sanitario. Su hermano menor, de 11 años, recibió el alta médica a las pocas horas de ser trasladado al hospital por intoxicación de monóxido de carbono. La tercera víctima del incendio, un bombero de Oviedo, de 52 años, ha salido también del HUCA, aunque previamente le habían llevado al Hospital Marqués de Valdecilla (Santander) para someterse a tratamiento en una cámara hiperbárica.

La investigación de la causa del siniestro está abierta, aunque todo apunta a que un cazo que estaba al fuego en la placa vitrocerámica se calentó demasiado, salieron llamas y el fuego se propagó a la campana extractora.

Según diferentes versiones, las personas que se encontraban en el piso escucharon una fuerte explosión en la cocina. Poco pudieron hacer cuando acudieron alarmados porque hallaron ya la meseta en llamas. Sus intentos por apagar el fuego con un extintor, posiblemente de la escalera del edificio, resultaron baldíos. El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) recibió el aviso hacia las 21.40 horas y casi al mismo tiempo acudieron al Palais los servicios sanitarios.

A pesar de las consecuencias, el fuego solo afectó a la vivienda en que se produjo y ni siquiera fue necesario desalojar a ninguno de los otros vecinos del número 5 de la calle Sánchez Ocaña. Algunos apuntaron la posibilidad de que la vitrocerámica del piso afectado no estuviese en perfecto estado y a que podría haber sido objeto de una revisión técnica días atrás por los diversos problemas que causaba.

El padre del joven de 20 años y del niño de 11 heridos en el incendio estaba allí cuando llegaron los servicios de emergencia, aunque no trascendió si se encontraba dentro del piso en el momento del fuego. Una vez trasladados los heridos al HUCA y sofocado el incendio no quedaron señales del siniestro en la calle Sánchez Ocaña, donde las labores de extinción finalizaron en torno a las 22.30 horas.

La presencia de varios vehículos del SEIS y de ambulancias sembró la alarma en el barrio, donde los vecinos temieron que se tratase de un incendio de grandes dimensiones en el que fuera necesario evacuar el inmueble. De hecho, algunos salieron a la calle ante el temor de que el humo o las llamas se extendieran por las escaleras y hubiera más heridos e intoxicados, y otros ofrecieron su ayuda para atender a las víctimas.