Mi hijo tarda en hablar, ¿Me preocupo? La pregunta incluida en título de la mesa redonda celebrada ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en colaboración con la Asociación de Logopedas del Principado de Asturias, quedó contestada con un rotundo sí, por parte de los expertos que analizaron la forma de abordar los trastornos del lenguaje en la infancia.

"Tardar en hablar siempre es motivo de alerta", aseguran los expertos; y un niño que tarde en hablar tiene un problema, que puede ser de diversa índole, pero problema al fin y al cabo. Juan Ángel Fernández Freijoo, logopeda y Coordinador de la Unidad de Atención Infantil Temprana del Área VII, lamentó la costumbre de trivializar y banalizar el retraso en el lenguaje, con frases del tipo, "ya hablará"; "es vago para el lenguaje", o "cuando rompa a hablar lo dirá todo de carrerilla".

Fernández Freijoo, igual que su colega Laura Martínez Marcos, denunciaron esa especie de tolerancia cultural ante un niño que empieza tarde a adquirir vocabulario. Los logopedas establecen en los dos años el límite para que un pequeño maneje al menos 50 palabras y realice con ellas mínimas combinaciones. "No conozco a ningún niño que se esfuerce en aprender a hablar, por lo mismo que no hay niños vagos para hablar", señaló Laura Martínez Marcos, quien lamentó lo tarde que se detectan los trastornos del lenguaje, De hecho, no son sólo problemas específicos del habla, "ya que atañen a las relaciones del niño y a su modo de comunicarse, indicó Carmen Vigón, logopeda y psicóloga clínica. Para el neuropsicólogo infantil Juan Arias resulta clave la detección precoz y prevención, "Podemos intuir lo que va a pasar con ese niño cuando empiece primaria y tenga problemas con la lectura; la base de muchos otros problemas está en el lenguaje", recalcó. Cristina Vega, presidenta de la Asociación de Logopedas del Principado de Asturias, matizó que no todos los casos de lenguaje tardío presentan las mismas características.