El concejal de Economía, Rubén Rosón, intenta dar otra vuelta de tuerca a las posibles soluciones para el mercado de abastos de La Corredoria en una carrera contrarreloj para evitar que expire el plazo del 31 de marzo sin el equipamiento inaugurado, lo que obligaría a devolver a la UE los casi tres millones de euros con los que se financió la obra. El pasado domingo y ayer mismo el concejal volvió a visitar las instalaciones para convencer a distintos empresarios para que se instalen en uno de los catorce puestos.

Aunque existe una negociación con una cadena de supermercados para que ocupen el área de la gran superficie, Rosón busca ahora la opción de los productores de proximidad y de los productores ecológicos. Ayer se reunión con cinco pequeños empresarios asturianos, algunos ya con presencia en el mercado que mensualmente se instala en la calle Gascona y al menos uno de ellos estaba dispuesto a instalarse en La Corredoria.

Con un procedimiento negociado puesto en marcha, lo que permite agilizar los trámites para que la administración pueda adjudicar los puestos, se trataría ahora de ofrecer al mercado de la Corredoria ese cariz de mercado de productos ecológicos. Si el concejal de Economía logra tener suficientes candidatos para ocupar los puestos, el Ayuntamiento podría hacerse cargo de dinamizar el espacio con charlas, talleres y actividades divulgativas en general sobre consumo ecológico y de proximidad.

En realidad, a Rosón le basta con licitar un pequeño número de puestos antes del 31 de marzo para poder inaugurar el mercado, salvar el plazo de la UE para no tener que devolver el dinero, y a partir de ahí seguir buscando productores sin la presión del plazo impuesto por los fondos europeos. Si la opción de los pequeños productores cobra fuerza, el Ayuntamiento podría destinar el espacio de la gran superficie a un área destinada a ofrecer algún tipo de actividades para niños.

Otra propuesta, analizada el domingo, viene de un panadero gallego asociado a una red de restauración ya instalada en Asturias, Tierras Gallegas. Esta cadena cuenta con una red específica de pequeños productores gallegos que les sirven los productos y según las primeras conversaciones todo este conglomerado podría estar interesado en instalarse en la Corredoria. Los productores gallegos pondrían tiendas físicas en los puestos, utilizarían el espacio de la cafetería para abrir allí uno de sus locales de restauración e incluso proponen gestionar ellos el espacio destinado a la gran superficie como zona de actividades complementarias.