Veintinueve trabajadores de La Auxiliar de Recaudación a los que su empresa considera desde el miércoles personal vinculado al Ayuntamiento, ya que entiende que el fin de la concesión para gestionar los tributos es en realidad una sucesión de empresas, dieron ayer un nuevo paso de cara a lo que, con casi total seguridad, se convertirá en una demanda ante el TSJA por conflicto colectivo laboral.

María Jesús Castiñeira, una de las delegadas de personal de La Auxiliar, presentó ayer por registro en el Ayuntamiento de Oviedo un escrito en el que solicita al Ayuntamiento que se les indique fecha, hora y lugar de incorporación al nuevo centro de trabajo. Los empleados de La Auxiliar, que ya no lo son pero que tampoco han sido despedidos puesto que su anterior empresa les envía a trabajar al Ayuntamiento al entender que deben ser subrogados, dan de plazo hasta el próximo martes para recibir una contestación. Si no es así, indica el escrito, "el día siguiente nos presentaremos ante el área de Interior para nuestra puesta a disposición e inicio de nuestro trabajo correspondiente".

Los trabajadores admiten que todo el proceso ha sido "un fracaso" porque no se ha logrado, dicen, lo que otras ciudades de parecido color político sí han admitido, remunicipalizar incorporando a los trabajadores. Sin embargo, todavía confían en lograr que el Ayuntamiento les incorpore como trabajadores indefinidos no fijos como, alegan, ya ha sucedido en sentencias similares.

Iván Rodríguez Cardo, profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad de Oviedo, explica que, aunque el Tribunal Supremo suele ser reacio a aceptar la sucesión de empresas en este tipo de casos, ya hay sentencias del Tribunal de Justicia de la UE, en concreto una del 26 de noviembre de 2014 sobre una contrata de Adif, en la que se abre la puerta a aceptar la subrogación de trabajadores.

La cuestión, indica Rodríguez Cardo, radica en si el cambio de la contrata a lo público "es totalmente limpio". "Si es una actividad que deja de hacer la contrata y la administración pasa a desarrollarla con sus propios trabajadores y sin asumir ningún medio material de la empresa, entonces no hay sucesión de empresas", explica. No está tan claro cuando para seguir manteniendo la actividad la administración tiene que incorporar medios materiales que le son ajenos. Precisamente, el momento en que La Auxiliar de Recaudación desestimó hacer un ERE y planteó la sucesión de empresas fue cuando el Ayuntamiento le reclamó determinados programas informáticos propios que quedaban fuera del convenio y que no eran de titularidad municipal. "Si el Ayuntamiento no está asumiendo la actividad con medios absolutamente propios, puede tener un problema", admite Iván Rodríguez, "porque no puedes pretender quedarte sólo con medios materiales y no con los trabajadores".