El entorno del templo prerrománico de Santullano, joya del patrimonio histórico-artístico de la ciudad y lugar privilegiado del parque de San Julián de los Prados en el barrio de Pumarín, se vio alterado ayer por la presencia de los restos de lo que parece un ritual de santería.

Los vecinos fueron los que dieron la voz de alarma al detectar una bolsa en el exterior del templo, en el lateral que linda con el tramo urbano de la autopista "Y" en su entrada en la ciudad, que nadie recogía y que según algunos testimonios lleva más de un día en el exterior del recinto.

Asomando desde el interior de la bolsa de cartón se podían entrever los elementos habituales de los rituales de santería, vudú y magia negra: un ave de corral, un gallo en este caso, decapitado. Junto a él, quizá pieza esencial de la maldición que podría haberse invocado allí, había una moneda y un calzoncillo.

La bolsa había sido depositada en una de las piedras de la fachada del propio templo, y ayer por la tarde todavía seguía allí sin que los servicios de limpieza hubieran pasado a retirarla.

No es la primera vez que aparecen por la ciudad restos de rituales de santería, aunque este tipo de prácticas han proliferado en los últimos años por toda Asturias. Los que practican este tipo de ceremonias tienden a repetir la ubicación y buscan lugares con algún significado especial, como la playa de Estaño de Gijón, donde hace tres años se sucedieron varios casos con aves de corral decapitadas.