"Lo único que tienen que hacer es proporcionarles un espacio y darles mucho cariño". Los nuevos gestores del albergue municipal de animales buscan "familias canguro" que se hagan cargo de forma temporal de los animales después de las operaciones de esterilización y castración. Todo para que puedan pasar el postoperatorio lejos del hacinamiento que reina en las instalaciones de La Bolgachina. "Nosotros corremos con todos los gastos, incluida la comida", destaca Eva Rodríguez, responsable de adopciones de la perrera. Y añade: "Pedimos a aquellos ovetenses a los que gustaría ver bien su albergue que nos echen una mano".

Cuando Clínicas Quirós, la nueva concesionaria del servicio, accedió el pasado miércoles a las instalaciones, se encontró con 350 perros, 70 gatos y cuatro conejos: "En ocasiones hay machos y hembras compartiendo jaula. Una situación que no se da en ningún otro albergue". Ya se han puesto manos a la obra para vacunarlos, identificarlos y desparasitarlos a todos. Y también tienen que esterilizar a las hembras y castrar a los machos. El objetivo es evitar que nazcan nuevas camadas en unas instalaciones cuya población animal dobla su aforo. Este hacinamiento, sin embargo, implica riesgos en la etapa posterior a la operación, que los animales deberían pasar con tranquilidad, apartados de los inconvenientes de compartir jaula. Los responsables de la perrera tienen, además, muchas intervenciones por delante y los cuidados extra tras llevarlas a cabo rompería su ritmo de trabajo. Así, las "familias canguro" permitirían agilizar el proceso, "para que no tardemos medio año en terminarlo". "Tenemos más de 400 animales a los que no se les ha hecho nada. Necesitamos ayuda", señala Eva Rodríguez, quien critica la gestión que durante las dos últimas décadas realizó la Sociedad Protectora de Animales y Plantas. "Todos saldrán esterilizados, desparasitados e identificados", añade.

Además, desde ayer ya se pueden realizar adopciones tras la entrada en funcionamiento de la página web de la perrera (albergueoviedo.es). Una actividad a la que los gestores darán un impulso extra en las redes sociales. En internet se muestran ya los animales que se encuentran en disposición para irse a un nuevo hogar. Están con foto y una breve descripción. Aunque recomiendan pasar por La Bolgachina y ver a los animales porque el personal aún no ha tenido el tiempo suficiente para analizar con seguridad sobre su carácter. Para que puedan llegar allí, dice la responsable de adopciones, es necesaria una mejora de la señalización: "La realidad es que los ovetenses no saben dónde está el albergue". A pesar de que "en comparación con Gijón o Mieres, la distancia con el casco urbano es mucho más corta".

Rodríguez destaca, sin embargo, que "en la ciudad hay muchos animales adoptados", pero que los ovetenses tuvieron que ir a buscarlos a otros lugares debido a las "trabas" que ponía la anterior gestión. Para tratar de reducir el número de inquilinos y poder llevar a cabo una gestión más eficiente, además del de los ciudadanos, han pedido también el apoyo de las asociaciones animalistas, "unas treinta" a lo largo de toda la región.

Rodríguez es una de las trabajadoras con las que Clínicas Quirós, que ha contratado también otro veterinario, ha reforzado la plantilla de seis empleados que subrogó cuando asumió la gestión de las instalaciones de La Bolgachina. Como complemento a las actividades que ya se han puesto en marcha, dice, realizarán jornadas de puertas abiertas para que todo el mundo pueda conocer la perrera y lanzarán campañas adicionales a la promoción general de las adopciones. "Hay muchos animales que superan los diez años" y desde el albergue municipal tratarán también que los hogares ovetenses no les den la espalda y se decidan a compartir su vida con algún "abuelín" de cuatro patas.