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Los cultivos del Paraíso

La esencia de la ginebra

Una ejemplar de enebro.

Desde que cumplió los dieciocho años empezó a trabajar. Hacia falta el dinero en casa para ayudar a su madre, vivían solas desde hacia años. Comenzó en un pequeño bar que había debajo de casa. Desde el primer día observaba hasta el más mínimo detalle, para aprender; se fijaba en todo y luego siempre lo repetía a ver si le salía.

Era algo que le apasionaba, le encantaba preparar cócteles, incluso había veces que experimentaba y créanme que no estaban nada mal. Cuando alguien le preguntaba como lo hacia, o donde estaba el secreto, ella siempre respondía que la elección de una buena ginebra era fundamental, pues la usaba de base para muchos de sus cócteles por su perfume. Ese aroma tan particular que tiene este licor se lo debe ni más ni menos que al enebro.

Pertenecientes al género Juniperus, son más conocidos como enebros. Estas coníferas endémicas del hemisferio norte, la mayoría de ellas dioicas -unas plantas tienen flores masculinas y otras femeninas- suelen ser plantas de gran tamaño, llegando a alcanzar algunas hasta los siete metros, aunque no todas, otras tienen un porte menor e incluso hay variedades rastreras.

Pueden cultivarse en maceta pero lo más aconsejable para que pueda desarrollarse bien es hacerlo directamente en el terreno, y si son calizos mucho mejor, aunque sino es así tampoco debemos preocuparnos ya que el junípero suele adaptarse sin problema.

Lo que sí es importante es que drene bien, para evitar encharcamientos y problemas de hongos en la raíz. Ésta suele crecer bastante, teniendo gran facilidad para absorber nutrientes, por lo que tampoco será necesario abonar en exceso. Les gusta el sol y suelen aguantar las fuertes heladas, salvo en etapas iniciales, donde una bajada repentina de las temperaturas puede ser crucial.

No requiere de muchas atenciones en cuanto al riego, suele aguantar bastante la falta de agua, es más si el árbol es adulto y esta bien enraizado se buscara la vida y sólo será necesario regar una vez al mes más o menos, pero solo en caso de que el terreno este muy seco.

Los tallos suelen ser de un color muy característico, rojizo oscuro, y las hojas en algunos casos verde oscuro. En otros ligeramente azuladas y punzantes. Los frutos tardan varios años en madurar; durante el primer año verdosos, tornándose azulados en la madurez.

Es ideal para parterres y no puede faltar en ningún jardín que se precie. Podemos podar alguna rama si queremos mantener la forma o eliminar aquellas que estén secas. Hacer germinar una semilla es un proceso muy lento y laborioso, primero han de estar durante unos cuatro meses a bajas temperaturas, y no siempre termina saliendo bien y en el caso milagroso de germinar el crecimiento será lentísimo.

Otra manera de reproducirlos es por esqueje, bien en invierno o en verano. El sustrato ha de ser una mezcla de arena y turba, y en caso de hacerlos en invierno debe de tenerse precaución con las bajas temperaturas, pues no debe de bajas de dieciséis grados. Manteniendo la humedad en poco tiempo habrá enraizado. El acodo es otra buena alternativa para el cultivo.

Las cochinillas pueden convertirse en un problema sobre todo en los ejemplares adultos. Por eso es importante estar atentos para evitar que el problema sea mayor. La phythophthora, es mejor prevenirla que tratarla, ya que es bastante difícil recuperar aquellas plantas que ya están muy afectadas. No sólo es interesante el junípero desde el punto de vista ornamental, son muchos sus usos medicinales: es diurético, ayuda a solucionar problemas en los riñones y colabora en la eliminación de líquido, para tratar la gota. Abre el apetito y ayuda a hacer las digestiones.

De las bayas secas se obtiene el aceite esencial que usado en diferentes ungüentos ayuda a mejorar la piel y a eliminar el acné. Quizás todos estos remedios pasen desapercibidos, ya que si por algo es conocido el enebro es por ser la esencia de la ginebra, pues de sus frutos se obtiene este maravilloso licor. Si no fuera por ellos imagínense todo lo que nos hubiéramos perdido.

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