Los técnicos retirarán a mano los escombros del almacén del bazar chino incendiado el jueves en la avenida de Pumarín para evitar la destrucción de pruebas que podrían ser claves en el esclarecimiento de las causas del fuego. Además, las características del patio interior, en el que hay un garaje con forjados endebles y está rodeado de edificios, desaconsejan el uso de maquinaria pesada para retirar los cascotes. Algo que no sucedió en el solar de Uría 58 (el bombero Eloy Palacio perdió allí la vida en el incendio del 7 de abril del año pasado), donde el espacio era más amplio y las pruebas irrecuperables. A falta de una conclusión definitiva, la Policía Científica baraja la hipótesis de un accidente fortuito que tuvo su foco en la parte de atrás del bazar Mao Sheng y que apenas afectó a la entrada.

Los bomberos de Oviedo facilitaron ayer por la mañana la entrada a la tienda de la aparejadora municipal y un grupo de técnicos para que valoraran el estado de las canalizaciones. Y es que mañana comenzará la reconstrucción de las bajantes -calcinadas hasta el segundo piso- y la reparación de la instalación eléctrica. La Policía Local colaboró al controlar la entrada de algunos vecinos en el edificio en el que se ubica el bazar oriental, en el número 36 de la avenida de Pumarín. De 10.30 a 13.30 horas pudieron recoger objetos personales, alimentos perecederos y tirar la basura. Pero no fue tan fácil. Hubo quien tuvo que arrojar a la alcantarilla restos líquidos de comida porque el inmueble -ahora clausurado- no tiene agua ni saneamiento.

Roberto Nazara salió de su casa con una mascarilla puesta "porqueel olor a humo todavía es fuerte" y un cubo de plástico en la mano. Dentro había un líquido de color y textura indescritibles. "Es sopa, puré y cosas así", dijo. Los agentes le dejaron pasar y tiró aquello en la alcantarilla de enfrente. "Hala, ya está".

Otro vecino, Pastor Lamprea, llegó con sus hijas dispuesto a coger algo de ropa y comida para mudarse temporalmente a un hotel facilitado por el Ayuntamiento. Sus hijas le esperaron pacientemente en la calle con una jaula en brazos. En ella correteaba alegremente por un tubo de plástico de colores "Cosita", el hámster de la familia y un afectado más del incendio del bazar chino.

Algunos viandantes preguntaron por algún bazar abierto en la zona. Les señalaron uno a menos de 50 metros del que está arrasado por el fuego. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo estaba cerrado un sábado pese a ser la competencia directa de su vecino. Hay dos carteles pegados en el escaparate, tras la persiana metálica y un precinto de los bomberos de Oviedo: "Abrimos la próxima semana", "Disculpa las molestias. Sólo por humo".

La Policía Nacional descarta que exista relación entre los tres incendios de bazares chinos ocurridos en los últimos diecinueve días en Asturias. El primero fue el 24 de enero en un establecimiento de Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio) y los investigadores centran sus pesquisas en un robo porque aquella noche los ladrones intentaron entrar en la peluquería de al lado. El segundo incendio fue el 1 de febrero en un bazar de la calle Samuel Sánchez, en la Losa, pero nadie interpuso denuncia ni fue necesaria la intervención policial.