"Es de desear que no se vuelva a repetir pero, ´por si las moscas´, no estaría de más que la Policía Municipal tomara medidas. El sábado, a las diez de la noche, transitaba por la calle de Cabo Noval una señora cuando de improviso se le puso delante un hombre que se echó hacia atrás la trinchera con la que se cubría el cuerpo y dejó al descubierto, ante los espantados ojos de la señora, las partes del cuerpo que todo ser humano guarda con el mayor recato. La señora en cuestión reaccionó dando unos gritos, pero en ese momento no había nadie en la calle".