Los vecinos del 36 de la avenida de Pumarín están a un paso de volver a su hogar después de siete días desalojados por los efectos del incendio que asoló el bazar chino de la planta baja de su edificio. Hoy finalizará la reparación de las bajantes y las tuberías de agua corriente, además de la reparación de la instalación del gas. Así, el aparejador de la comunidad entregará un dosier al Ayuntamiento para informar del estado actual del inmueble, que según los peritos municipales y del seguro del edificio, tiene la estructura intacta. A priori, este papeleo acabará mañana, con el regreso de los vecinos a sus pisos.

Los técnicos entraron ayer por en el edificio para inspeccionar la instalación del gas de siete de las veinte viviendas del inmueble y a lo largo de hoy darán por finalizada su tarea. La normalidad también ha vuelto a otro bazar chino de la misma calle que había cerrado por el humo acumulado en su interior procedente del establecimiento oriental localizado a sólo unos metros. Ayer abrió al público con normalidad.

Lo que se ha retrasado sin fecha exacta es el desescombro del almacén del bazar incendiado por la presencia de amianto en la cubierta. Una empresa especializada se encargará de retirar los restos del establecimiento porque el amianto es un material de construcción que puede causar problemas de salud debido a la inhalación de sus fibras y debe ser eliminado bajo estrictos protocolos de actuación.

Los únicos que no podrán regresar a casa esta semana serán los habitantes de las dos viviendas interiores de la primera planta, que deberán esperar por lo menos un mes. La virulencia de las llamas y las explosiones de los botes de spray y envases con gas que había en el bazar chino les reventaron las ventanas, quemaron las persianas y los marcos o arrasaron las terrazas, además de teñir de negro las paredes e inhabilitar el agua corriente, el saneamiento y parte del cableado. Es decir, que la reparación llevará más tiempo. El municipio corre con los gastos de alojamiento y comida de los afectados en dos hoteles y restaurantes de la ciudad, y ha alargado hasta hoy sus estancias. Hay veintisiete adultos y tres menores procedentes del 36 de la avenida de Pumarín residiendo temporalmente en un hotel de Teatinos y otro de Bermúdez de Castro.