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Purita de la Riva | Concertista y catedrática de piano jubilada, el viernes recibirá un homenaje en el auditorio

"Nunca me arrepentí de renunciar a una carrera internacional; aquí tengo todo"

"En un concierto en el Centro Asturiano de Madrid toqué una obra de González del Valle, y Alfonso Iglesias, el creador de Pinón, lloraba"

Purita de la Riva. j. rus

Purificación de la Riva García, para todos Purita de la Riva (Oviedo, 1933), es la única nacida en Oviedo de los once hijos de Joaquín de la Riva, que llegó a ser presidente de la Audiencia Provincial, y Trinidad García, ambos de Villalón de Campos (Valladolid). Aquella niña que bailaba sevillanas y tenía un talento especial para el arte y la música, dio su primer concierto de piano con nueve años y a los doce terminó la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, con premio fin de carrera y premio extraordinario "María del Carmen". Todo apuntaba a una carrera fulgurante, con proyección internacional, pero la maestra, virtuosa del piano, decidió quedarse en Oviedo, cerca de su familia, y del Campo San Francisco, que observa a diario desde su ventana. Nunca se arrepintió. El viernes 24 de febrero, la Agrupación Musical San Salvador, de la Hermandad de los Estudiantes, a la que pertenece, le tributará un homenaje en el Auditorio.

El piano desde la niñez. "Mi padre vino destinado a Oviedo y yo nací en la calle Martínez Vigil. Más adelante nos fuimos a Uría y luego a Toreno, donde siempre he vivido. Mis padres perdieron a varios hijos, pero eran muy religiosos y muy buenas personas, y aceptaban la voluntad de Dios. Toda mi vida ha sido guiada por la Providencia, hasta mis inicios en el piano. En el colegio de la Milagrosa estaba como profesora de música una hermana a la que mis padres habían conocido en Chantada (Lugo). Con ella hice tres cursos de solfeo y dos de piano, en dos años. Luego la destinaron fuera y cuando un amigo de mi padre me escuchó tocar en casa, le recomendó que me buscase un buen maestro, porque tenía muchas cualidades. Así que empecé a tomar clases con Saturnino del Fresno, que era el mejor".

La prometedora carrera. "A los doce años terminé la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, porque en Oviedo no podía examinarme de los tres últimos cursos. Empecé a dar conciertos con mucho éxito. Pero mi madre, delicada de salud, y mi padre, que llegó a ser presidente de la Audiencia Provincial, no estaban muy de acuerdo con todo aquello. Me llamaron para representar a España en un certamen internacional, en Holanda, y no fui. Por entonces era la única de las chicas que se quedaba en casa. La mayor se casó y otras se hicieron religiosas, así que a mi tampoco me disgustaba la idea de quedarme en Oviedo, tranquila. Hice el bachillerato y estudie inglés y francés. También me matriculé en varios cursos en la Universidad para tener un título de idiomas. Con Benito Lauret hice contrapunto y fuga. Empecé composición, pero ese mundo nunca me atrajo mucho. Las disonancias, de moda entonces, no me iban nada. Además fue el año en el que murió mi madre".

Catedrática en el Conservatorio de Oviedo. "Al Conservatorio de Oviedo le dieron el rango de Superior y me presenté a las oposiciones. Fui profesora y catedrática de piano 47 años. También daba algunas clases particulares, pero sólo a alumnos que se examinaban libres, cuando no era obligatorio hacer el curso oficial. Recuerdo a los muy buenos, muchos son hoy grandes profesores, ¡y a los muy malos también! (risas)".

Orgullosa de su gran familia. "Tengo sobrinos;, sobrinos-nietos y tres sobrinos biznietos: Lucía, Francisco y Joaquín. Los quiero mucho a todos. Lucía, con dos años, apunta un gran talento musical. Covadonga de la Riva, una de mis sobrinas, que vivió varios años conmigo, hasta que se casó, siguió mis pasos y acaba de jubilarse en el Conservatorio. Sus hijos también tienen muy buenas cualidades musicales. Hace dos años perdí a Carmina, mi hermana mayor, que estaba viuda. Fue un golpe muy duro, vivíamos juntas, pero la familia me acompaña mucho".

Una excepción para escuchar a Sokolov . "Desde el fallecimiento de mi hermana no he salido mucho, pero el pasado martes fui al Auditorio para escuchar a Sokolov, un genio. La verdad es que Oviedo tiene una oferta musical increíble. La enseñanza de la música ha mejorado en muchas cosas, pero echo de menos la posibilidad de examinarse por libre. Es difícil compatibilizar las clases oficiales con otros estudios. En España tenemos grandes pianistas. Una de ellas es Alicia de la Rocha. Una vez me dijo que yo podía haber triunfado como ella. Le dije : '¿para qué?' Se paga un precio muy alto. No me arrepiento. He podido llenar mi vida con muchas otras cosas. Con orquestas he tocado once obras. En un concierto en el Centro Asturiano de Madrid Alfonso Iglesias, el creador de Telva y Pinón, lloraba al escuchar una obra de González del Valle.

Calle en la ciudad. "Desde el 2001 una calle de Oviedo lleva mi nombre. Es un gran orgullo. Lo que no me parece nada bien es que cambien los nombres ahora. Si hay memoria histórica tanta historia es una como otra ".

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