A la recién inaugurada "era Trump" puede aplicársele el refrán español: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo". El mandatario norteamericano aparenta sentirse ofendido e incluso sorprendido con los medios de comunicación, cuando lo cierto es que su relación con ellos viene de lejos. Especialmente con la televisión, donde lo importante es transmitir emociones y lanzar mensajes directos y no necesariamente elaborados. Mientras arremete contra los periódicos que le tildan de malvado, él mira directamente a cámara y dice que velará por los intereses de los americanos. A juicio del profesor de Comunicación Política en la Universidad de Navarra, Jordi Rodríguez Virgili, esa es la estrategia de Trump. Un presidente que "ha convertido en 'reality shows' las ruedas de prensa". Rodríguez Virgili (Oviedo, 1973) dio ayer varias claves del gobierno de Trump en una conferencia en la sede de la Asociación Club Torla, en la calle Pérez de Ayala.

Este licenciado en Periodismo y Doctor en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra, analizó "La comunicación política en la era Trump" en base al pasado y el presente de la máxima autoridad de los Estados Unidos. "Durante casi trece años tuvo uno de los programas de televisión más vistos, 'El aprendiz', en el que se despedía a la gente que hacía mal su trabajo", dijo para demostrar que Trump usa "aposta" el lenguaje televisivo en la política. Así, hizo referencia al libro del periodista Manuel Erice "El triunfo de un showman", que trata sobre la victoria de Trump en las elecciones americanas.

Preguntado por el significado del término "posverdad", puesto de moda desde que el Reino Unido votó a favor del Brexit y Donald Trump se convirtió en el presidente número cuarenta y cinco de EE.UU, Rodríguez Virgili aseguró que es una palabra que se ajusta como anillo al dedo para explicar la victoria electoral del empresario de la construcción sobre Hillary Clinton. Es un neologismo que se refiere a que los hechos objetivos influyen menos en la opinión pública que el llamamiento a las emociones y creencias personales. "Estamos en un momento de gran desafección política en el que la gente cree lo que quiere creer, que es aquello que se ajusta a su visión del mundo", señaló el periodista, que fue más allá y puso un ejemplo de "posverdad" en la era Trump.

El presidente norteamericano aseguró el jueves "con toda tranquilidad" en una rueda de prensa que había tenido el mejor resultado de voto electoral desde los tiempos de Reagan. "No es cierto", dijo Rodríguez Virgili. "Otros candidatos posteriores a Ronald Reagan tuvieron mejor resultado que él, como George Bush, pero los seguidores de Trump no le dan importancia y les da igual que sea mentira".

Según el periodista, la victoria de Trump fue en realidad la derrota de Clinton, para quien "la frustración y el descontento de la población norteamericana se volvió en su contra" y no supo movilizar "a minorías cruciales para el mandato de Barack Obama": los afroamericanos (que apenas acudieron a votar) y la población más joven, que tampoco reaccionó.

La teoría de Rodríguez Virgili es que Donald Trump supo convertir la indignación ciudadana en movilización política porque "a fin de cuentas es lo que hacen los populistas, denunciar los males endémicos de la sociedad".

Sobre el presente del mandatario, el periodista tiene claro que le está sacando rédito al uso de las nuevas tecnologías. "Habla directamente con los ciudadanos en las redes sociales y le funciona". Y es que Trump evita someterse a la preguntas de los medios de comunicación y anuncia su agenda en las redes sociales. "Desde que fue presidente electo y hasta que tomó posesión sólo hizo una rueda de prensa, pero sí hizo muchos comentarios en Twitter y varios vídeos en Facebook. Ningún presidente electo había hecho antes tan pocas apariciones ante los medios. A él le funciona".

El futuro de la relación entre Trump y los medios de comunicación, sobre todo escritos, es incierto a juicio de Rodríguez Virgili, que apuesta por no caer en la "provocación" del norteamericano cuando afirma que le ha declarado la guerra a la prensa. "Algunos medios están respondiendo a Trump de manera errónea al descalificarle genérica y exageradamente. Así pierden credibilidad".

Para este profesor de Comunicación Política, es el momento de que la prensa sea más rigurosa que nunca y escuche al ciudadano. Una máxima que el director del Washington Post, Marty Baron, ha puesto en práctica últimamente con resultados positivos al analizar el mandato de Trump. De hecho, este periódico logró que Michael Flynn -exasesor de seguridad nacional americana y persona de máxima confianza del presidente- dimitiera de su cargo cuando se publicó que no le había contado toda la verdad al mandatario. "Trump sabía que le había traicionado, pero hasta que no salió en el periódico hizo oídos sordos", explicó el periodista.

Así, Rodríguez Virgili anima a la prensa "a volver a la esencia del periodismo", investigando y contrastando la información y, sobre todo, "a escuchar a los ciudadanos dejando a un lado el discurso auto referencial entre políticos y periodistas".