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El recorrido:por tierras de LLANES

Llamando a las puertas del mar

La senda que discurre entre las localidades de Vidiago y Andrín ofrece vistas privilegiadas del litoral y de enclaves como la desembocadura del Purón

Otro de los tramos, con un paso elevado sobre el río Purón.

La ruta que une Puertas de Vidiago y Andrín, en el concejo de Llanes, parte de un camino vecinal, desde el que podemos contemplar interesantes construcciones, como la iglesia del pueblo, que nos queda a la izquierda. Poco después pasamos junto a la bolera y llegamos a una encrucijada de caminos, donde se ubica una conocida sidrería.

Seguimos por el camino de la derecha hasta que perdemos de vista las casas de Puertas de Vidiago. Tomamos una senda que atraviesa los prados y que nos lleva al cementerio. A continuación, dejamos el camposanto a la derecha para atravesar la autopista por un puente elevado.

Al encuentro de los bufones de Arenillas. Tras cruzar la pasarela giramos a la derecha y en el siguiente desvío escogemos el de la izquierda. A partir de aquí empezamos a oír un lejano rugido y vemos como unos chorros de espuma blanca y agua salen de la tierra. Son los bufones de Arenillas, declarados Monumento Natural por el Gobierno del Principado de Asturias. Los bufones de Arenillas, son un conjunto de doce bufones declarados monumento natural por su singularidad geológica. Con la mar viva se pueden ver sus fumarolas de espuma blanca y escuchar sus bufidos.

Tesoros escondidos en las rocas. Con cuidado vamos recorriéndolos, escondidos entre las rocas y diseminados a lo largo de un corto trecho de costa. Todos ellos se encuentran enlazados por pequeños senderos. Las vistas desde este lugar son majestuosas, con los chorros de agua saliendo por medio de la tierra y el mar embravecido chocando contra los acantilados, todo ello bajo al amparo de los Picos de Europa, que podemos divisar al sur. Dejamos atrás los bufones y nos encontramos con un camino que sale a la derecha que nos lleva primero a unos prados y luego a través de ellos a la desembocadura del río Purón. De vuelta al cruce continuamos por un camino ancho hasta que volvemos a encontrar a un nuevo cruce, donde la ruta gira a la derecha adentrándose en una frondosa plantación de eucaliptos que nos lleva al mirador del río Purón. Desde ese lugar puede apreciarse la belleza de la desembocadura. Se trata de un lugar de importancia comunitaria incluido en la red europea Natura 2000. Destaca su arbolado de ribera y la presencia de especies de alto interés en su curso, como el salmón o la nutria. El río Purón se cruza por una pasarela de madera, luego se asciende en ligera y continuada pendiente hasta el núcleo de Andrín. Siguiendo hacia Andrín atravesaremos un paisaje rural en el que ya se hace sentir la presencia del laboreo propio de un núcleo rural. Los prados cercados con muros de piedra caliza alternan con una vegetación compuesta por magníficos ejemplares de encinas y aladiernos.

A Andrín a través de Cabragio. Llegamos a Andrín por el barrio de Cabragio pasando junto a la iglesia de Nuestra Señora, que data de los siglos XV o XVI. Posee a su vez de varias casonas entre las que destacan la de los Beltrán del siglo XVIII; la casa Vega del Sella y la torre de Tronquedo, considerada una edificación bajomedieval, fechable entre los siglos XIV y XV. Aquí cogemos el camino, al principio, alquitranado que nos lleva a un cruce donde tenemos el aparcamiento de la playa de Andrín a la derecha. Continuamos por el camino de enfrente, ignorando el de la izquierda que desciende a la playa. El trayecto discurre por una zona de prados primero y luego entre los brezos y tojos.

Vistas del Cuera y del Cantábrico. Pronto llegamos a una curva donde sale un camino a la izquierda, por el que seguimos, llevándonos por la zona conocida como "de los llobos", desde donde podemos apreciar al sur la sierra del Cuera, al este el río Purón, al oeste el Mirador de la Boriza y al norte el fascinante mar Cantábrico, así como la enorme karstificación de la roca caliza.

Por senderos de pescadores. Desde aquí debemos seguir por los senderos de pescadores, que van pegados al acantilado, con cuidado, y por una zona donde los brezos y cotoyas dificultan ligeramente el paso, hasta que llegamos a un gran entrante en la zona de Punta Tejera. Continuamos llevando el mar a la derecha en dirección oeste, por los senderos de los pescadores, a través de una zona de escasa vegetación, pero desde donde podemos contemplar los recovecos que forma el acantilado, verdaderos miradores naturales, llegando a la pista de acceso a la playa de Andrín. Al arenal se accede a través del desvío de la N-634 a la LL-2, entre Soberón y San Roque del Acebal. La vía se sigue hasta la indicación, a la derecha, de Andrín, que se atraviesa para continuar, por un camino asfaltado, hasta los aparcamientos ubicados en un promontorio sobre el arenal.

Camino de vuelta. Y una vez realizado el recorrido ya no queda más que regresar por el mismo camino que hemos traído a lo largo de todo el trayecto, hasta el pueblo de Andrín, donde finaliza la ruta trazada, y donde es posible reponer fuerzas.

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