El filósofo y teólogo Modesto Berciano Villalibre, catedrático emérito de Metafísica en la Universidad de Oviedo, falleció este viernes en Salamanca, donde había residido en sus últimos años. Especialista en Marx y Heidegger, Berciano fue compañero en la universidad asturiana de Gustavo Bueno. Quienes le conocieron destacan su honda religiosidad, su actitud respetuosa para con todos y su profundo conocimiento de la filosofía.

Nacido en la localidad leonesa de Destriana, Berciano se formó en la congregación salesiana, donde se doctoró en teología con la tesis "Tiempo humano e histórico-salvífico en Clemente de Alejandría". Su brillante carrera le llevó a ingresar como docente en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, donde coincidió con Giulio Girardi antes de que le obligaran a abandonar la docencia en 1969.

La expulsión de Girardi del Ateneo, motivada por sus inclinaciones marxistas, también precipitó la salida de Berciano, que retornó a España para ingresar en el teologado Salesiano de Salamanca.

Aunque en la época era presbítero, Berciano acabo solicitando una dispensa para poderse casar, lo que motivó su abandono de la congregación salesiana. En paralelo, amplió sus estudios en la Universidad de Bochum, donde realizó su tesis doctoral en Filosofía, presentada en 1978 en la Universidad de Salamanca bajo el título "Formas de pensamiento y modos de producción. Su relación en Martín Heidegger".

Ya doctorado, Berciano logró plaza en la Universidad de Oviedo, donde enseñaría hasta su jubilación. Durante su trayectoria prestó especial atención a profundizar en la filosofía de Immanuel Kant y Martin Heidegger a quien dedicó, además de su tesis doctoral, cuatro libros y decenas de artículos.

Desde su cátedra de Oviedo dirigió ocho tesis doctorales, la última de ellas codirigida con José Antonio Méndez y leída en mayo de 2015. Se trata del estudio "La necesidad inexorable de Dios en la filosofía de la acción de Blondel: el 'Vinculum Perfectionis' y la frontera entre la razón filosófica y la revelación cristiana", de Arsenio Alonso Rodríguez.

En sus últimos años, trasladado ya a Salamanca, Berciano prosiguió con sus investigaciones en el campo de la filosofía y siguió formando a jóvenes filósofos. El catedrático también tuvo tiempo para evocar sus raíces en el libro "Destriana: recuerdos de los años 40", en el que retrata la posguerra en su localidad natal. La misma en la que ya descansan sus restos.