Un vagabundo que frecuentaba los escenarios del "crimen de la maleta" -tanto el piso de la calle Vázquez de Mella como el entorno del apeadero de tren donde apareció el cadáver del niño- parece haberse convertido en una laguna dentro de la investigación del caso. Los policías que intervinieron tras el hallazgo del cadáver han declarado durante el juicio que, "en algún momento, un funcionario supo que un vecino había visto a un vagabundo deambulando cerca del edificio donde vivían los acusados, David F. y Fadila C.". Según sus testimonios, varios agentes siguieron la pista y encontraron "una mochila y citaciones policiales a nombre de una persona metidas en la rendija de un muro". Sin embargo, no se ha vuelto a saber nada de este misterioso personaje, del que también tiene conocimiento el dueño de la vivienda que alquilaron en Oviedo la madre de Imran y su entonces pareja. El propietario del piso aseguró en la segunda sesión del juicio que vio al mendigo en compañía de Fadila y David y que incluso este hombre subía con frecuencia al piso de la pareja "para fumar porros", aunque vivía frente al apeadero del tren.