La ovetense Maripé Menéndez es la directora para España y Portugal de la Fundación Bachillerato Internacional (BI), una entidad sin ánimo de lucro que ofrece un sistema educativo que en Asturias está implantado en cuatro centros: el Colegio Internacional Meres y el San Ignacio, de Oviedo, el Real Instituto Jovellanos, de Gijón y el colegio San Fernando, de Avilés. A diferencia de lo que ocurre con el Informe Pisa, los estudiantes nacionales del BI "están por encima de la medida mundial" de la institución. La metodología del BI fomenta el trabajo en grupo y la capacidad crítica y analítica de los alumnos: "De nada sirve estudiar la I Guerra Mundial si no sabemos interpretar un conflicto bélico", dice Maripé Menéndez. Hoy, a las 18 horas, hablará sobre el acceso a la Universidad a través del BI, en el salón Arrupe, al que se accede desde la calle Nueve de Mayo, en el lateral de la iglesia de las Salesas.
-¿Qué ventajas tiene el Bachillerato Internacional (BI)?
-Es una formación eminentemente práctica que se centra en el alumno, se desarrolla en contextos globales y que fomenta un aprendizaje significativo, que anima a los alumnos a avanzar el conocimiento existente. También se incide en la capacidad analítica; de nada sirve estudiar la I Guerra Mundial si no sabemos interpretar un conflicto bélico.
-¿Y a la hora de ir a la Universidad?
-Son muy importantes la capacidad de trabajar en equipo y tener buenas capacidades de comunicación. Impulsamos, además, un comportamiento ético. Desde los tres años, los alumnos están obligados a citar todas las fuentes en sus trabajos. Del mismo modo, se despierta en el alumno el espíritu solidario y la idea de luchar por un mundo más justo.
-Los estudiantes españoles están por encima de la media mundial en el BI.
-Sí, desde hace tres años. Y los exámenes son complejos e iguales para estudiantes de todo el mundo. Todo ello a pesar de que muchos centros duplican el bachillerato e imparten el internacional y el nacional.
-¿Por qué?
-El internacional tiene su propio examen y la conversión de notas ofrecía la posibilidad de no hacer la PAU. Pero esa convalidación, hasta este año, no favorecía al BI. En 2017 se ha conseguido una nueva equivalencia que va a permitir un acceso a la universidad en las mismas condiciones. Esperamos que más alumnos usen su diploma internacional, que brinda una educación mucho más adaptada al mundo de hoy.
-¿Y los alumnos asturianos?
-Extraordinariamente bien. Además, hay dos centros en Asturias que quieren aplicar el programa en Primaria y Secundaria, que son el Colegio Internacional Meres y el San Fernando.
-¿Qué necesita un profesor para impartir clases en el BI?
-En España, los profesores están excelentemente cualificados y los que tienen una mayor experiencia, en contra de lo que se podría pensar, son los más motivados para engancharse a este tipo de programas. Un profesor licenciado en Química, por ejemplo, vuelve a ser un químico en el aula porque la formación es eminentemente práctica. Nosotros les formamos en aspectos pedagógicos para que puedan aplicar nuestra novedosa metodología.
-IU ha criticado recientemente que "el bilingüismo escolar se orienta a un modelo de país basado en precariado para atender a turismo y emigrar".
-Aunque fomentamos el conocimiento de una lengua extranjera, la materna es la principal para nuestros programas. Creemos que los estudiantes necesitan tener un conocimiento profundo de su lengua, una circunstancia que en muchos casos no se da. Pero preparamos también a nuestros alumnos para que puedan obtener un trabajo en el extranjero. Cuanto mejor formados estén, mejores oportunidades tendrán. Además, hoy en día y donde quiera que trabajes, es muy difícil que no tengas contacto con empresas u otros empleados en el extranjero.
