La Policía Científica llegará a la "zona cero" del bazar chino incendiado el 9 de febrero en la avenida de Pumarín a través de un paso de seguridad habilitado entre las ruinas. El objetivo es recoger las pruebas necesarias para determinar las causas del fuego que arrasó el establecimiento. Para lograrlo, la empresa "Excavaciones Lugaru" desescombrará parcialmente el lugar hasta formar una especie de camino entre los cascotes que lleve a los agentes directamente a la parte trasera del almacén de la tienda.

Es por tanto un desescombro previo a la retirada definitiva de todos los cascotes y del amianto, un trabajo que deberá hacer una compañía especializada en el manejo de material de construcción potencialmente peligroso para la salud. La fecha de inicio de esta primera fase de limpieza está en el aire, pero según el administrador de la finca, Alberto Fernández, podría empezar "dentro de una semana o quince días".

Sin embargo, para quitar el amianto habrá que esperar aún más. Así, no habrá fecha concreta hasta que el edificio afectado por el fuego -en el número 36 de la avenida de Pumarín- reciba la autorización administrativa del Principado. Doscientas empresas especializadas optan a hacerse cargo del trabajo. Son las compañías que componen el Registro de Empresas para Residuos de Amianto (Rera) cuya base de datos está en el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales. Este organismo recomendó a la comunidad afectada por el incendio y a la Policía Científica que declarasen el almacén del bazar oriental como zona contaminada por amianto.

La utilización de este material está prohibida desde 2010 ante el riesgo potencial para la salud si sufre algún tipo de alteración o manipulación. En el caso del bazar oriental de Pumarín, existe amianto en la techumbre del almacén. Tres compañías de seguros deben ponerse de acuerdo para elegir a la empresa que hará el trabajo de desescombro. Se trata de la aseguradora de la comunidad de vecinos, la perteneciente al propietario del local incendiado y la de los inquilinos que regentan el bazar para impedir que las fibras de amianto se propaguen por el aire.Todas las hipótesis abiertas

Veintiún días después del incendio que arrasó la parte de atrás y el almacén del bazar chino, la Policía Científica mantiene abierta todas las hipótesis sobre las causas que lo provocaron. La puerta y la persiana metálica de la tienda no estaban forzadas y tampoco había signos de robo o violencia. Los agentes tuvieron que usar la fuerza para acceder y se encontraron con el foco del fuego en la parte trasera. La entrada y el pasillo central estaban limpios.

La comunidad del inmueble del número 36, donde se ubica el bazar, tuvo que ser desalojada por el deterioro de las tuberías, las bajantes y el sistema eléctrico, además de la presencia de monóxido de carbono en el ambiente. Una treintena de personas permaneció varios días alojada en hoteles pagados por el Ayuntamiento o en casas de familiares o amigos. Hoy en día, el edificio ha recuperado la normalidad.