No llegó a tener las dimensiones del año pasado pero el botellón de carnaval ha dejado, una vez más, lleno de basura el Antiguo. El centro ha amanecido sembrado con plásticos y botellas, resaca de una noche de fiesta que se celebró en aire libre. "Si pasase algo las asistencias tardarían un montón en llegar, hay tanta gente en la calle que se dificultaría mucho su acceso", comenta uno de los hosteleros de la zona quien apunta que este aglomeraciones de jóvenes infunden "sensación de inseguridad".

La Policía Local reforzó el servicio con 8 personas y no se registraron incidentes más allá de la suciedad y las molestias que este tipo de reuniones ocasionan para los vecinos.

Juan García, presidente de la asociación de vecinos del Oviedo antiguo, ha lamentado que la misma situación se repite cada vez que se celebra una fiesta. "Llevamos años luchando para que se cumpla la ley", ha señalado