"Fomentamos el trabajo colaborativo y las clases son más interactivas, más reflexivas". Detrás de la implantación de las tabletas digitales en las aulas del colegio San Ignacio, que esta semana celebró el "Tech Day" (día de la tecnología) hay también un cambio en la manera de enseñar y aprender que cambia los roles de alumnos y docentes, según explica el profesor Víctor Fiestes. Los estudiantes ganan protagonismo gracias a las nuevas tecnologías y los profesores abandonan la clase magistral y actúan como guías de la educación que reciben los niños. "Ellos mismos empiezan con la sesión con los materiales que les dejo colgados", destaca Victor Fiestes, que imparte matemáticas, tecnología y dibujo técnico. El profesor va resolviendo sus dudas y en la última parte de la clase aclarara para todos los errores más repetidos.
En las jornadas tecnológicas del San Ignacio participó también Jesús Martín, responsable de Educación de Samsung, empresa con la que colabora el centro en la implantación digital. Durante su ponencia, resaltó que el futuro no pasa simplemente por incorporar dispositivos sino por lo que alumnos y profesores pueden hacer con ellos: "Tenemos elementos tecnológicos que nos permiten realizar, por ejemplo, un viaje por Egipto en tres dimensiones". Añadió, además, que antes de que los chicos puedan emplear las tabletas, el centro debe contar con la infraestructura apropiada. "Un dispositivo móvil sin internet no tiene demasiada utilidad", apuntó el representante de la multinacional asiática desde el escenario de un salón de actos en el que se celebró una exposición de proyectos elaborados por los propios alumnos que incluían trabajos de programación o robótica.
"Si el profesor pide silencio los niños pueden hacer más o menos caso", explica César Vena, profesor de robótica, frente a un dispositivo ideado para los niños de Infantil y que mide los decibelios de la clase. Si el ruido crece pasa de verde a amarillo y de ahí a rojo. "Cuando los alumnos lo ven cambiar de color se callan y el ruido disminuye", comenta para explicar que los críos construyen también robots y diseñan juegos para los que necesitan conocimientos básicos de ingeniería. "Se trata de aplicar las nuevas tecnologías y los nuevos métodos que favorecen a la educación", señala el profesor.
También de introducir en las aulas elementos que los niños ya utilizan y que sirven para despertar su curiosidad y mantenerlos motivados. En el día de la tecnología la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI) expuso una serie de drones, aparatos que no son extraños para los alumnos. "Yo tengo uno y lo vuelo desde la terraza, es muy divertido", explicó Pelayo Marino frente a uno de los artefactos de la muestra.
