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Suiza, Holanda y Alemania adoptan perros del albergue de animales de La Bolgachina

Protectoras europeas colaboran con la perrera municipal para reducir el número de mascotas de sus jaulas, en las que hoy viven 275 ejemplares

Arriba, los veterinarios Fernando Cuadrado y Pedro Quirós. A la derecha, Manolo Vázquez lleva a una perra recién esterilizada. Debajo, a la izquierda, la coordinadora de adopciones Eva Rodríguez sostiene la pata de "Dulce". A la derecha, "Pancho", en su jaula. IRMA COLLÍN

"Dulce" es una mestiza de mastín de cuatro años alegre y dócil que corretea de aquí para allá cuando está suelta, permanece pegada a la persona que sostiene su correa y es capaz de oler el cariño. Levanta una pata instintivamente cuando reconoce a alguien que le va a tratar bien y mira al suelo si no está segura. En realidad tiene pocas ocasiones de hacer todo eso porque se pasa la mayor parte de su tiempo dentro de una jaula. Es uno de los 275 perros que viven en el albergue municipal de animales de Oviedo y que tiene menos posibilidades de encontrar una familia al sufrir un deformidad en las patas traseras. Los nuevos gestores del recinto, la clínica veterinaria Quirós, no pierden la esperanza y han aumentado considerablemente las opciones de "Dulce" y del resto de perros de tener una segunda oportunidad.

Desde que los de Quirós se pusieron al frente de la perrera el 1 de febrero, las adopciones y acogidas se han disparado: 117 para ser exactos. De esos, 19 perros y tres conejos se fueron a Holanda, otros cinco perros están a la espera de viajar a Suiza, y los ciudadanos de Alemania están a punto de formar parte de la lista de adoptantes de La Bolgachina. La Fundación Protectora de Animales del Principado de Asturias, conocida como "La Protectora", ha comenzado a colaborar con el albergue municipal poniendo a su disposición el acuerdo que mantiene con protectoras europeas e incluso con una entidad de Sahagún. El objetivo es doble: dar un hogar a animales abandonados y reducir la población de la perrera. Allí hay 120 jaulas, por lo que muchos perros comparten recinto.

El convenio con otros países explica sólo en parte la buena marcha del centro. Eva Rodríguez es la coordinadora de adopciones y acogidas del albergue de la Bolgachina, una figura que antes no existía. Ella publicita lo más posible su labor, mantiene el contacto con asociaciones especializadas, y, junto a Pedro Quirós (el alma de la nueva gestora) y el veterinario Fernando Cuadrado, abre al público el albergue prácticamente todo el día, fines de semana incluidos, de 9 a 18 horas.

"Damos un paso para adelante y otro para atrás porque cada día nos traen una media de dos perros y así es difícil bajar el número de animales", explica antes de mostrar a "Pancho", un perro de nueve años y cara de bonachón que no se atreve a salir de su recinto. "Este entró de cachorro. No conoce otra cosa y es bastante huidizo, tiende a esconderse".

Tanto "Dulce" como "Pancho" y los otros 273 perros del albergue municipal están identificados, pero hace dos meses no era así. Según Pedro Quirós, "el 99 por ciento de los perros no tenían microchip cuando llegamos aquí". El caso es que es obligatorio hacerlo en base a una normativa de 2003. "Si te compras un coche y no lo matriculas se te cae el pelo a los dos días, pero si tienes un perro sin identificar puede que no te pase nada. La Administración deber velar porque eso no ocurra", reclama este veterinario a tiempo completo.

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