El kamikaze de la Ronda Sur ha aceptado una pena de un año de retirada del permiso de conducir y seis meses de prisión, que no cumplirá si no delinque en el plazo de dos años. Además, deberá pagar los daños en la barandilla de la calle Magdalena contra la que chocó en su huida y los desperfectos que causó en el coche policial camuflado al que golpeó para iniciar la fuga. Aunque inicialmente la Fiscalía reclamaba 9 meses de prisión y 18 sin carnet, las partes alcanzaron un acuerdo en el juicio rápido celebrado esta mañana.

El conductor, un joven de unos 30 años y vecino de Morente, cerca de La Manjoya, cuadruplicó la tasa de alcohol permitida, con 1 miligramo por litro de aire espirado y dio positivo por cocaína en el test de drogas. Fue el resultado de las pruebas después de que la policía lo detuviera tras una persecución electrizante.

Hacia las 7.40 horas del domingo por la mañana, las maniobras errantes de una Peugeot Partner blanca por la calle Padre Suárez llamaron la atención de agentes de paisano de la Policía Local que iban en un coche camuflado. Uno de ellos se dirigió a la furgoneta cuando estaba detenida en el semáforo cercano al colegio de los Dominicos. Al mostrar la placa, el hombre intentó atropellarle para darse a la fuga e inicio la marcha de forma fulgurante.

Ignoró el disco rojo roja y enfiló Marqués de Gastañaga a toda velocidad, ante la mirada atónita desde la acera de una pareja y de un hombre que se disponía a hacer deporte. Al coronar la subida, se estrelló contra una barandilla de protección, a la altura de la calle Magdalena.

El coche policial aprovechó el percance para intentar cerrarle el paso, pero el fugitivo se las arregló para eludirlo, lo golpeó y avanzó a toda velocidad por Arzobispo Guisasola.

Al llegar a a la glorieta de San Lázaro, tomó la Ronda Sur en sentido contrario hacia Fozaneldi. Consiguió dar esquinazo a los policías, que para ese momento ya habían dado aviso a todas las patrullas activas a esas horas. Minutos después, los mismos policías locales encontraban la furgoneta al inicio de la calle Carta Puebla. No mucho más lejos estaba el joven, al que vieron acercarse al vehículo que había abandonado allí. Una breve persecución a pie fue suficiente para ponerle los grilletes y dar fin a la aventura.

La fiereza al volante se transformó en mansedumbre ya detenido. No ofreció resistencia e incluso admitió haber tomado cocaína, sustancia de la que daría positivo en el control posterior. Elegantemente trajeado, la policía puso punto final a su noche y la transformó en un periplo judicial. Lo trasladaron al cuartel del Rubín, donde multiplicó por cuatro el límite de alcohol. Más tarde, lo llevaron a las dependencias de la Policía Nacional en General Yagüe (ahora calle Juan Benito Argüelles), donde quedó retenido a la espera de pasar a disposición judicial, como sucedió esta mañana.

El intento de atropello al policía en Padre Suárez se quedó en la tentativa y el agente no necesito asistencia médica, como tampoco la requirió el fugitivo, según fuentes policiales. Ahora se enfrenta a varios delitos: conducción temeraria, atentado a la autoridad y conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas.