La mitad de la actividad que desarrolla el Instituto Nacional de Silicosis (INS) corresponde a tareas encargadas por entidades de fuera de Asturias, subrayó ayer Pere Casan, director del área de gestión del Pulmón del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), quien destacó la "intensa presencia exterior" de esta entidad que a día de hoy no sólo ofrece atención sanitaria, sino también numerosos servicios médico-legales que incluyen informes, evaluaciones, estudios, consultoría...

El Instituto Nacional de Silicosis nació en 1970 para atender los severos daños de salud que sufrían los mineros. La silicosis es una enfermedad pulmonar causada por inhalar polvo de sílice y que puede llegar a causar la muerte. Durante varios lustros, el INS ha formado parte del HUCA y acaba de ser desgajado del mismo y dotado de personalidad jurídica propia por el Gobierno asturiano. El Ejecutivo ha dado este paso para cumplir lo acordado con IU en el marco del pacto de investidura del Presidente regional, Javier Fernández. En los próximos días se conocerá la identidad del nuevo director de Silicosis.

El doctor Casan es el máximo responsable de la novena de edición del curso de capacitación en el manejo de las enfermedades respiratorias asociadas a la inhalación de sílice, que se celebra hoy y mañana. Pese al declive de la minería, "la silicosis no es una enfermedad muerta", asevera el doctor Casan. "Es una enfermedad con un presente muy activo", agrega. Y puntualiza: "Hace unos años, el origen de nuestros pacientes eran fundamentalmente las minas de carbón de Asturias, León u otras zonas mineras de España. Actualmente provienen de canteras a cielo abierto, ya sean de pizarra o granito, donde la extracción de piedra se hace con pocas medidas de precaución".

Otra fuente de silicosis es "la colocación en los domicilios de conglomerados de cuarzo, en las encimeras de las cocinas o en los baños, con pocas precauciones en el momento de su manipulación".

La silicosis mantiene una presencia intensa, pese al cambio de los paisajes en los que se origina. Sin embargo, la neumología ocupacional -especialidad médica que se encarga de la silicosis- aborda también aspectos respiratorios relacionados con la inhalación de amianto (asbesto), el asma en relación con los antígenos del lugar de trabajo (panadería, peluquería...), intoxicaciones accidentales y, desde luego, "el enorme daño que produce el tabaco en todo el aparato respiratorio", explica el director del área del Pulmón del HUCA.

El curso que se celebra hoy y mañana se dirige fundamentalmente a médicos que van a diagnosticar y tratar pacientes que, por razones de su trabajo, tienen relación con la sílice cristalina. La mayoría de estos facultativos son especialistas en medicina del trabajo y se ubican en mutuas o centros de vigilancia de la salud laboral. También participan algunos radiólogos y neumólogos que ven en su consulta diaria a este tipo de enfermos. Se han inscrito 30 especialistas de diversas zonas de la geografía nacional.

"No existen prácticamente cursos de este tipo en todo el territorio nacional. Nosotros contamos con la experiencia de largos años de diagnosticar y tratar enfermos con silicosis y con la capacidad docente para poder llevarlo a cabo con éxito", enfatiza el impulsor de la actividad. "El hecho de estar ya en la novena edición pone de relieve la calidad del curso y el interés que despierta", añade Pere Casan. Los ponentes del curso son profesionales del HUCA encuadrados en las áreas Neumología, Radiodiagnóstico, Anatomía Patológica y departamento técnico de Silicosis.