"Este es el hombre que en Oviedo, al terminar la guerra española con la derrota del bando al que se había afiliado, busca refugio donde puede, huyendo ni él sabe de qué, pues que sus manos no están manchadas por delito alguno. Se llama José Fidel Blanco, tiene 54 años y es enjuto, de tez blanca, sin duda por el largo encierro de veintinueve años. Alistado en el Ejército que perdería la contienda, operó con su unidad en los frentes de Asturias, donde le sorprendió la caída de la provincia en poder de las fuerzas nacionales. Asustado, apeló a la caridad de una buena familia de un pueblecillo situado a ocho kilómetros de Oviedo. La dueña de la casa le dio asilo desde octubre de 1937, hasta anteayer".