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Beatriz Álvarez Valderrama | Presidenta y entrenadora del Club de Natación Adaptada Mareastur

"Gracias a la natación no tuve que ponerme un corsé, y eso me cambió la vida"

"No es difícil compatibilizar estudios y deporte; se trata de gestionar bien el tiempo y tener disciplina"

Beatriz Álvarez, en el Campo San Francisco. miki lópez

Beatriz Álvarez Valderrama, presidenta y fundadora del Club de Natación Adaptada Mareastur, está feliz por el éxito de los nadadores asturianos durante el pasado fin de semana en el Campeonato de España por comunidades autónomas, que tuvo lugar en las piscinas municipales del Parque del Oeste. La prueba, pasaporte para el Campeonato del Mundo, que se disputará en septiembre en México, estuvo organizada por el club al que Beatriz Álvarez cuida y mima al máximo.

Onubense de nacimiento y ovetense de adopción. "Nací en Huelva el 12 de noviembre de 1988, y allí viví hasta que me vine para Oviedo. Llegué hace seis años para competir en un club de natación adaptada ya desaparecido. Cuando el proyecto finalizó, decidí que tenía que hacer algo para que los chicos pudiesen seguir entrenando y para que los niños que llevan una progresión desde la escuela de la Federación pudieran seguir desarrollándose y acudiendo competiciones. Así que me lancé a la me aventura de fundar Mareastur. El club se constituyó en septiembre de 2013".

Una clara vocación social . "Desde pequeña he competido en natación adaptada, pero en mi casa siempre estuvo muy claro que los estudios eran lo primero. Cuando llegó el momento de elegir carrera tuve claro que haría Trabajo Social en la Universidad de Huelva. Después cursé en Granada un máster sobre criminalidad e intervención con menores. Ahora trabajo en la Confederación de Personas con discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe-Asturias), como técnica del proyecto Educativo Incluye + d de apoyo al alumnado con necesidades educativas especiales por motivos de discapacidad con apoyo de las TIC, y estoy encantada".

La natación, mucho más que un deporte. "Gracias a la natación no tuve que ponerme un corsé, y eso me cambió la vida. Tengo espina bífida y empecé a nadar en 1998, con diez años. Ese mismo año fui al campeonato de Andalucía y quedé tercera. En 2014 acudí al campeonato de España de natación adaptada, en categoría absoluta, la única había en aquel momento. En la adolescencia me involucré en movimientos asociativos y me gustó mucho ese mundo".

Estudios y deporte. "No es difícil compatibilizar estudios y deporte, se trata de gestionar bien el tiempo. La disciplina que da la natación también te ayuda a tenerla en otras materias. Es cierto que requiere dedicación. Yo entrenaba de lunes a sábado y salía poco con mis amigos, pero también haces otras amistades nuevas, y todo eso te va compensando. Cuando tienes que salir a competir fuera se presentan inconvenientes pero, aún así, merece la pena".

Un paso decisivo. "En 2008 decidí cambiar de club. Dejé el Universitario de Granada y trasladé mi licencia federativa de Huelva a Asturias, donde ya tenía muchos amigos y me ofrecían unas buenas condiciones. Estuve yendo y viniendo hasta 2010, cuando ya decidí venirme a vivir a Oviedo. Al principio me encargué de impartir clases en la escuela de la Federación de Deportes para Discapacitados Físicos de Asturias. Luego empecé a trabajar en una gran superficie de deportes, y estando allí entré en contacto con Cocemfe".

Un balance muy positivo. "El balance de mi vida en Asturias es muy positivo, aquí he formado una familia. A veces echo de menos a la familia de Andalucía y a mis amigos de siempre. De todas formas, a Huelva voy en vacaciones. También vienen a verme, no puedo quejarme. Por si fuera poco, he pasado de ser nadadora a entrenadora y presidenta de un club".

Una mujer valiente en un mundo de hombres. "Ahora tengo 28 años. y la verdad es que a veces me he sentido casi una niña en un mundo de hombres. A eso tenemos que sumar que existe menos apoyo al deporte femenino y el respaldo es menor aún en el caso del deporte adaptado. Aún es raro ver a una mujer al frente de un club o de una federación deportiva". Para comprobarlo basta ver las fotografías de las presentaciones y de las competiciones".

Éxitos deportivos y satisfacciones humanas. "Estoy muy orgullosa de los once nadadores que tenemos, con varios tipos de discapacidad. El primer año fue complicado. Partíamos de cero y las ayudas no llegaban. Fue necesario hacer un desembolso económico, pero la Federación de Deportes Adaptados nos echó un cable. El segundo año todo fue más sencillo".

Necesidades en aumento. "Queremos seguir creciendo, pero en las piscinas del Parque del Oeste sólo disponemos de una única calle para entrenar, de ocho a diez de la noche, y no quiero dividir al club. Nos ha costado mucho trabajo consolidarlo. Me importa más el desarrollo personal y el bienestar del nadador que los triunfos".

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