"Despertar vocaciones científicas". Miguel Ferrero, presidente de la Asociación de Químicos del Principado, que junto al Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León organizó ayer la XXXI olimpiada del ramo para estudiantes de 2º de Bachillerato, explicó durante la prueba que los juegos son más que un examen. Ferrero destacó que buscan también animar a los 160 jóvenes participantes de toda Asturias a optar por hacer carrera en el mundo de la química. La materia prima, existe: "El nivel es bueno".

Con la calculadora en la mano y tras abandonar una de las salas de la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo, Luis Villoria destacó que el ejercicio había sido "difícil. "Han puesto preguntas de razonar en lugar de cuestiones que se puedan memorizar". Su compañera del colegio San Ignacio, Inés Pisa, añadió que "la prueba mezcla bastantes partes de la química que en clase vimos por separado". Lo que supone una complicación añadida a los estudiantes. Antes que ellos había dejado el aula Fernando Menéndez, que comentaba el examen en el pasillo con Marta Vallina, ambos del Palacio de Granda. "Había cosas complicadas porque el curso no ha terminado y no las hemos visto", apuntó él. Ella, mientras tanto, resaltó la variedad cuestiones a las que tuvieron que enfrentarse y hizo hincapié en que "algunas de las preguntas era fáciles pero también había otras más complicadas".

No será hasta el próximo jueves cuando se entreguen los premios y diplomas de una prueba que enviará a los dos primeros clasificados a competir en la fase nacional, que será el mes de abril en Madrid.