Germán Abad, presidente de la nueva Asociación de vecinos Gascona-Indalecio Prieto, reconoce que entre el vecindario "la gota que colmó el vaso fue el proyecto de hacer un techo en Gascona". En esas dos calles, explicó, viven entre ochocientas y mil personas. Además más de seiscientos vehículos que tienen plaza en alguno de sus garajes. Después de especificar que los vecinos no tienen "nada en contra de la sidra y los que trabajan en ella", Abad explica que los residentes se sienten acorralados por las sidrerías y los bares, "como en un gueto" y anuncia que en breve iniciarán los trámites para pedir que se actualice la categoría fiscal de ambas calles. "Nos marginan y nos rebajan la calidad de vida, así que pensamos pedir una rebaja: es un hecho que el precio está decayendo", indicó.

El principal problema, según explicó, son las terrazas, por su falta de delimitación y la invasión de la vía pública y los accesos de las viviendas y garajes por mesas, camareros y clientes. Otra fuente de preocupación son "los actos masivos casi permanentes en la vía pública, destinados a negocios privados", algo que los hosteleros defienden como fuente de promoción turística y de los productos regionales, puntualizando que se ciñen a días y horas muy concretos.

Ruidos, olores, suciedad, humos y almacenamiento de alimentos en cocheras completan la relación de quejas vecinales.