El PP cargó ayer contra el alcalde, Wenceslao López (PSOE), después de que el Ayuntamiento haya renunciado a seguir con las obras de construcción del vivero de empresas tecnológicas de Ventanielles a imagen del "Silicon Valley" californiano, acusándolo de dejar que el proyecto "se pierda por su sectarismo". A juicio de los populares, el regidor socialista "no ha querido buscar soluciones para que este proyecto pudiera seguir adelante porque era una obra ideada y programada por Agustín Iglesias Caunedo".

El edil popular Gerardo Antuña fue el encargado de poner voz a las acusaciones del grupo municipal conservador. Antuña fue rotundo: "El sectarismo de Wenceslao deja a Ventanielles sin su 'Silicon Valley'". Antuña está convencido de que la construcción del vivero "es técnica y legalmente viable". El Ayuntamiento ha renunciado a seguir con los trabajos -las obras arrancaron en 2015 y fueron paralizados a finales de ese año- una vez que la empresa advirtió de la necesidad de inyectar más hormigón para evitar desestabilizar el nivel freático de la zona. Esto, según la empresa, la constructora Los Álamos, podría provocar problemas de derrumbes en las viviendas colindantes, y tal como ya sucedió en la zona en los años 90 con la construcción de un aparcamiento subterráneo en el entorno del Palacio de los Deportes. La medida correctora supondría un sobrecoste en la obra que el Ayuntamiento se ha negado a pagar.

"Los problemas técnicos detectados no son motivo para renunciar a esta gran inversión porque hoy en día en Asturias hay capacidad técnica suficiente para afrontar estas situaciones con plena garantía", afirmó Antuña. El concejal del PP tiró de ironía para criticar los proyectos que se están ejecutando por toda la ciudad. "El Alcalde ha convertido en las únicas 'grandes inversiones' municipales reparar baches y reponer baldosas. Lleva 22 meses de fracasos permanentes por su falta de capacidad para gestionar, para dialogar y para superar su afán permanente de revancha contra el PP", señaló.

Para Antuña, la decisión municipal de renunciar al vivero de empresas -tenía un coste de 4,5 millones de euros e iba a ser financiado en parte con fondos de la Unión Europea- "es un desprecio para Ventanielles" y "para todos los ovetenses, especialmente para los más jóvenes porque es privarlos de un equipamiento que les permitiría acceder a unos mecanismos similares a los que existen en los países tecnológicamente más avanzados del mundo". Y todo ello, siempre según Antuña, "por su miopía política" y por ser "un hombre del pasado. Su modelo de Oviedo es el de los 70".