La Fundación Once de Atención a Personas con Sordoceguera se puso en marcha hace diez años en Asturias y hoy atiende a seis personas de las 19 que residen en el Principado. Ataviados con un bastón rojo y blanco, para ser diferenciados de las personas con discapacidad visual, los sordociegos se comunican con su entorno "según lo que alcancen sus manos", como explicó ayer la gerente de la Foaps, Esther Requena. Lo hizo durante la celebración del aniversario de la Fundación, en la sede de la consejería de Hacienda, en la calle Hermanos Pidal. Acudió la consejera de Bienestar Social, Pilar Varela (PSOE), junto a los ediles ovetense Diego Valiño (PSOE) y Eduardo Llano (PP). Alberto Fernández, sordo de nacimiento y ciego desde hace diez años, contó su experiencia ayudado por su mediadora comunicativa, María Ángeles, Talavera.