"Tuve mucha suerte", aseguraba ayer por la tarde Josefina Cimentada. Unas horas después, con una fiesta de despedida de por medio, echaba el cierre definitivamente a la galería que ha dirigido con verdadera pasión durante los últimos veintiséis años. Josefina Cimentada, que aparca la actividad profesional por cuestiones de salud, se sentía "apenada", pero no tanto como para no ser capaz de reconocer lo afortunada que ha sido con sus artistas y sus clientes y agradecer "los años preciosos" que su negocio le ha regalado.

Cuenta que el mercado del arte no atraviesa sus mejor época y que el ambiente entre la gente del mundo del arte es más frío. "Hay mas mercadeo que ilusión", afirma, aunque ella no la ha perdido: "Siempre mantengo la esperanza, van a surgir nuevos galeristas y artistas que saquen esto adelante. Soy optimista. ¿Cómo va a desaparecer el arte?".

Josefina Cimentada abrió su galería cuando ya tenía seis hijos, en un local de la calle Covadonga. Ella y su marido coleccionaban arte. Había reunido una buena selección de obra y entonces Josefina Cimentada quiso probar cómo era la vida al otro lado, como el marchante que pone en contacto al artista y al cliente. Y así nació Cimentada. "Tenía seis hijos cuando abrí la galería", comenta. Veintiséis años después, comenta divertida que ya tiene hasta un bisnieto.

Josefina Cimentada explica que el arte "no es un hobby, es un mundo muy serio y se mueve mucho dinero". Recuerda su primera exposición, con obras de Fernando Díaz, y los muchos amigos artistas que ha hecho. Infinidad de pintores asturianos, Tapies, Andrés Vijande, Carlos Sierra, Carlos Álvarez, Carlos Álvarez Cabrero y el grupo El Paso con obra gráfica son algunos de los artistas que han desfilado por el local de Cimentada, primero en la calle Covadonga y en estos dos últimos años en La Lila.

"Era muy ecléctica, lo mismo traía figuración que vanguardia, fotografía, grabado, muchas performances y muchísimas presentaciones de libros", cuenta la galerista. Estos últimos días anda preocupada por la dificultad para encontrar a los autores de muchas de las obras que tiene en depósito y aprovecha para hacer un llamamiento para que acudan a recogerla.

La actividad de la galería Cimentada ha sido incesante. "Organizaba una exposición detrás de otra, sin parar, y no me daba tiempo ni a preparar exposiciones colectivas", relata. Josefina Cimentada dice que no tenía planeado cerrar tan pronto su galería, creía que aún quedaban algunos años más por delante, pero los acontecimientos se han precipitado. Y se despide agradecida: "A toda la gente que estuvo conmigo".