"El Sol nos envía paquetes de energía que son los que permiten la vida. Nuestra existencia depende de él". Antonio Hernando Grande, catedrático de Magnetismo de la Materia de la Universidad Complutense de Madrid y académico numerario de la Real Academia de Ciencias, pronunció ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA la conferencia titulada "El fuego y la evolución cultural del Homo sapiens: termodinámica", en la que recalcó la importancia de que todo ese potencial se reconvierta en "energía de calidad".

Hernando Grande, que en 1989 fundó el Instituto de Magnetismo Aplicado de la Universidad Complutense, explicó que fue a partir del siglo XVIII cuando, con la aparición de las máquinas, comenzó el estudio de la termodinámica. Invenciones como la máquina de vapor dieron lugar a la Revolución Industrial y con ella el surgimiento de la filosofía y tecnología del progreso que nos acompaña hasta nuestros días.

"Cuando a través de la termodinámica se llegó a entender cómo se hace una máquina, se empezó a comprender la biología". Relata Hernando que las células humanas tienen mitocondrias, donde se produce la energía, con máquinas en sus membranas. "Cuando el cerebro humano descubrió la capacidad de hacer máquinas, la biología ya lo había hecho mucho antes".

Hernando participó en el Programa de Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica organizado por la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo y la Real Academia de Ciencias Exactas. Susana Fernández, decana de la Facultad de Química, destacó en la presentación la dilatada trayectoria de Hernando, que en 1984 fue profesor invitado en la Universidad Técnica de Dinamarca y en 1993 primer profesor de la Cátedra BBV de la Universidad de Cambridge.

"El descubrimiento hace aproximadamente 400.000 años de procesos que permiten crear fuego dio a los homínidos un poder insospechado sobre otras especies físicamente más fuertes", indicó.

Como consecuencia de ese control sobre el fuego y el desarrollo de herramientas, la evolución por selección natural fue disminuyendo progresivamente frente a la inducida culturalmente. "En lugar de requerir millones de años para adaptarse por mutaciones genéticas aleatorias a los climas fríos, los sapiens inventaron la ropa, proceso, sin duda, infinitamente más rápido. La historia humana se fue independizando parcialmente de la biología".

El fuego, conocido desde la llamada revolución cognitiva, no se comenzó a comprender en un marco científico hasta hace unos doscientos años. Hernando mencionó el trabajo de Carnot titulado "Reflexiones sobre la potencia motriz del fuego" y fechado en 1824, que marcó un hito en la termodinámica.

"La energía que somos capaces de utilizar es en definitiva energía solar almacenada en aquellas moléculas que, como las de los hidratos de carbono, se sintetizan absorbiendo energía proveniente del Sol", dijo. "La termodinámica, la física atómica y molecular y, por tanto, la mecánica cuántica subyacen en el fuego", añadió.