Mazen Mohammed Saleh trabajaba en el sector agrícola en Irak hasta que estalló la guerra. Desde 2008 vive como refugiado en Londres junto a su familia. Él está al frente de la Asociación de Expatriados Iraquíes que celebran este fin de semana su Conferencia Internacional en el Palacio de Congresos de Calatrava y que reunirá a unas 700 personas para analizar la situación de su pueblo y otras problemáticas de Oriente Medio.

Ayer fue recibido junto a otros refugiados iraquíes por la teniente de Alcaldía, Ana Taboada, y por el concejal de Economía, Rubén Rosón, en el Ayuntamiento de Oviedo. En el salón de plenos municipal, Taboada les agradeció haber elegido Oviedo, les ofreció su solidaridad, su ayuda para trasladar a la opinión pública las conclusiones de su congreso y su apoyo frente a las políticas migratorias de la UE.

Saleh dejó clara sus reivindicaciones. El pueblo iraquí, dijo, quiere vivir en paz y para ello reclama a Occidente que ponga fin a los gobiernos corruptos que dirigen el país desde la guerra.

Occidente, contó Mazen Mohammed Saleh, tiene la responsabilidad de la extensión del terrorismo en el territorio iraquí por haber apoyado a los gobiernos corruptos desde "la ocupación". Pero también, añadió, es el culpable de "haber servido en bandeja de plata el país a Irán, que es quien controla el territorio", denunció.

El portavoz de los refugiados iraquíes hizo un llamamiento a lograr una paz en su país de convivencia entre razas y religiones, una paz sin corrupción y sin terrorismo. "La religión es de Dios y la patria, de todos", resumió en declaraciones a los periodistas.

Entre las cifras puestas ayer encima de la mesa y que se analizarán este fin de semana en el congreso de los expatriados iraquíes están los más de siete millones de refugiados que han salido de Irak desde 2003 y los más de 2,5 millones que, alertó, han tenido que dejar sus casas y viven desplazados pero dentro del territorio nacional.

El congreso arranca este sábado a las 10.00 horas en el Palacio de Congresos de Buenavista.