En la iglesia de San Isidoro El Real, en pleno corazón del Antiguo, se congregó ayer una amplia representación de la sociedad ovetense para acompañar a la familia del industrial vasco Juan María Urquiola Permisán, fallecido el pasado martes en Oviedo. A esta ciudad estuvo ligado gran parte de su vida, por lazos profesionales y de afecto. Ayer, en su funeral, José Luis Alonso Tuñón, el párroco de San Isidoro, recordó que fue en esa iglesia en la que se casó en 1957. De Juan María Urquiola queda ahora, en palabras del sacerdote, "una memoria y un recuerdo gozoso, de un carácter abierto y comunicativo, fruto de su tierra vasca". El suyo es, según dijo, "un legado de bien".

El empresario, destacó el sacerdote durante la celebración litúrgica, "deja un testigo que no solo tienen que recoger los hijos y la familia, sino cualquier persona de bien". Brilló profesionalmente y en sociedad. Presidió las empresas Gas de Asturias y KLK Electro Materiales, fundó una familia con Lucía Hidalgo Álvarez, emparentada por el matrimonio de su hermana Carmen con los Masip. De sus tres hijos la más conocida es Patricia Urquiola, con estudio de diseño en Milán, que ha pasado estos últimos días al lado de su padre y que ayer, como su madre y el resto de sus hermanos, estaba notablemente afectada.

"Despedimos a una persona que destacó en la vida, por su profesionalidad, su bonhomía y su relevancia social", destacó Tuñón. Esa "bonhomía" de la que todos hablan al recordar a Juan María Tuñón alcanzaba en él, añadió, "una expresión casi perfecta" y "el bien que hizo en su vida nos lo dejó como legado". También destacó el sacerdote durante su sermón, "todo lo que trabajo por Asturias".

El funeral se celebró a la una, después de que los restos mortales de Juan María Urquiola recibieran sepultura en el cementerio de San Salvador.

Por la plaza del Ayuntamiento, camino a la escalinata de San Isidoro, fueron desfilando familiares y allegados, como el ex alcalde Antonio Masip y su esposa Eloína Fernández o el presidente de la Sociedad Filarmónica Ovetense, Jaime Álvarez-Buylla, amigo íntimo de los Urquiola.

La directora de la Fundación Princesa de Asturias, María Teresa Sanjurjo; la esposa del Delegado del Gobierno en Asturias, Rita Mari Álvarez; la galerista de arte Guillermina Caicoya; el ex decano del Colegio de Arquitectos de Asturias y presidente de Tribuna Ciudadana Alfonso Toribio; el periodista Juan de Lillo; la catedrática emérita y directora de la Cátedra Emilio Alarcos Llorach, Josefina Martínez, y el constructor José Antonio Pardo son solo algunos de los que coincidieron en el funeral.

El empresario había nacido en la localidad guipuzcoana de Tolosa. Fue el mayor de cinco hermanos y cuando él tenía cuatro años, la familia se trasladó a Vitoria. Estudió ingeniería industrial en la Escuela Técnica Superior de Bilbao y al acabar la carrera fue contratado por la empresa Aceros Coto para trabajar en Asturias.

Juan María Urquiola fue fichado como ingeniero para trabajar en la central térmica de Soto de Ribera antes de que empezara su construcción. Fue presidente de la empresa Gas de Asturias y consejero de Hidroeléctrica del Cantábrico y del Banco Herrero, además de presidente del consejo de KLK Electro Materiales.