Volvieron a sonar las sirenas frente al número 58 de Uría y una docena de vehículos del Servicio de Extinción de Incendios municipal y de los bomberos del SEPA inundó la calle al mediodía. El minuto de silencio y el ruido ensordecedor de las alarmas fueron, ayer, en homenaje al bombero Eloy Palacio en el aniversario de su fallecimiento cuando trabajaba en la extinción del incendio de Uría. Fue un acto cargado de emoción y de vindicación de la profesionalidad de un compañero, aunque la aparición del nuevo informe de la policía científica sobre los hechos sucedidos hace ahora un año y la llegada al Ayuntamiento de las primeras reclamaciones por el siniestro añadieron otras lecturas y otras variables al homenaje.

Una de las más destacadas fue la clave política, en la que el Alcalde, Wenceslao López, y la primera teniente de Alcaldía, Ana Taboada, volvieron a mostrar posturas divergentes. El informe de la científica llega justo después de que el Alcalde, Wenceslao López, subrayara que las reclamaciones son cosas de las aseguradoras y que estaba probado que el Ayuntamiento había hecho las cosas bien en el incendio. Ayer se reafirmó, en parte, en estas declaraciones.

"Hay un informe que no conocemos, no hemos tenido la oportunidad de ver su contenido, poco podemos decir". Pero a renglón seguido recordó que hay "unas declaraciones de técnicos municipales" y que el Ayuntamiento se dedica a "defender los intereses municipales". "En eso estamos", remató.

Las declaraciones de Ana Taboada, también a pie de Uría 58, plantearon un matiz importante, y donde el Alcalde dijo "intereses municipales" ella dijo "interés general de la ciudadanía". Taboada dijo desconocer, también, el contenido del informe, pero avanzó que lo estudiará "atendiendo a las reclamaciones y al interés general de ciudadanía". Eso significa, siguió, "los afectados por el incendio, tanto a la familia, la viuda de Eloy Palacio, como al resto de afectados". "En el interés de estas personas es donde tenemos que incidir nosotros", insistió Taboada. "Tenemos que trabajar para que todos los que hayan sufrido las consecuencias del accidente vean sus demandas atendidas, actuando con la responsabilidad que merece este asunto".

Los compañeros de Eloy Palacio también hablaron alto y claro. Primero dejaron que sonaran las sirenas, depositaron coronas funerarias en el lugar donde murió su compañero y junto a su viuda, Marta Valle, acompañada por sus hijos, guardaron el minuto de silencio, emocionados. Lágrimas y abrazos se volvieron a ver en el cuartel del Rubín, en un día duro y cargado de emoción. El hijo de Eloy, David Palacio, hizo una breve intervención para recordar que a su padre "le gustaba ser bombero" y que este era "el mejor homenaje".

Juan Carlos Fernández "Cuni", herido en el siniestro que le costó la vida a su compañero, leyó, conteniendo apenas las lágrima, un texto para recordar a Eloy. Y para vindicar su profesionalidad y su comportamiento en el incendio. "Eloy murió trabajando, cumpliendo con su obligación. Y eso lo digo muy alto y muy claro", declaró. "Eloy no cometió ninguna imprudencia ni tuvo exceso de celo para nada. Es más, tomó todas las medidas de protección para los riesgos que conocíamos y muchísimo menos desobedeció ninguna orden. Jamás. Y eso lo sé porque yo estaba allí".

El abrazo con Marta Valle ante los retratos y la escultura realizados por los bomberos Candipu Zancada y Jesús Antonio Alonso, cerró la mañana en el Rubín mientras los altavoces avisaban de una emergencia en el centro de salud del Naranco que luego quedaría en falsa alarma. Los compañeros seguirán recordando a Eloy Palacio. El próximo 21 de mayo, con una carrera-homenaje en Oviedo. Lo recaudado con la inscripción se donará a la asociación Galbán, deseo de la familia.