La empresa encargada de llevar a cabo la obra del argayo de la calle Ricardo Vázquez de Prada, en el entorno del estadio Carlos Tartiere, acordonó ayer la zona para comenzar las reparaciones. La adjudicataria comenzará de inmediato a descargar el material y la maquinaria que necesita para realizar unos trabajos que los vecinos llevan reclamando desde que se produjo el deslizamiento de tierras, en marzo de 2016. Tras más de un año con las vallas azules de protección obligando a los peatones a cambiar de acera, se inician ahora unos trabajos que deberían estar terminadas dentro de ocho semanas.

La junta de Gobierno, no obstante, ya había aprobado el proyecto para estabilizar el talud el verano pasado por un importe de 251.965 euros (IVA incluido). Pero la publicación en el BOPA y el proceso de licitación han provocado el retraso de los trabajos. Y pese a que está previsto que la obra esté terminada en dos meses, las características del terreno implican ciertas complicaciones. La zona de tierra que se ha desprendido es de tipo arenoso, por lo que el firme es inestable. Para asegurarlo y evitar que se produzcan nuevos desprendimientos los operarios de la adjudicataria tendrán que utilizar varias técnicas que permitan asegurar el suelo.

Desde que se produjo el argayo, debido a las intensas lluvias, los vecinos han reclamado una solución para la zona y ven respondidas sus reclamaciones con la llegada de la maquinaria. Una vez se estabilice el talud, asimismo, se abrirán al paso los dos lados de una calle que tiene una gran afluencia de peatones cuando los aficionados del Real Oviedo se desplazan hasta el estadio para acudir a presenciar los partidos que disputa el conjunto oviedista como local. Además de bloquear el paso de los viandantes, el vallado que se instaló después de que la tierra invadiese la acera, supuso también la pérdida de varias plazas de aparcamiento.