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Manu y Sheriffe, una historia digna de oír

Un niño de 11 años del colegio Sagrada Familia es uno de los principales apoyos para la integración de un compañero africano sordo de nacimiento

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Ejemplo de integración en el colegio Sagrada Familia de Oviedo

Sheriffe Yaya tiene doce años y no es un niño de muchas palabras, pero su amigo Manu, que tiene once, lo entiende casi con mirarlo. Llevan seis años siendo compañeros de clase en el colegio Sagrada Familia (barrio de San Lázaro) y desde que se conocen son uña y carne. Congenian a la perfección a pesar de que el pequeño de origen africano tiene serias dificultades para comunicarse debido a la sordera que le afecta desde su nacimiento. Sheriffe lleva un implante coclear -un dispositivo que utiliza señales eléctricas para estimular el nervio auditivo permitiendo oír a quienes lo llevan- pero para un sordo de nacimiento no es fácil interpretar toda la información que escucha a través del aparato ni convertir en palabras aquello que quiere transmitir.

En el colegio cuenta con un equipo de profesores y con personal especializado para ayudarlo en su educación, con programas específicos de trabajo diario y con el apoyo de un intérprete de lenguaje de signos que le ayuda durante las clases, pero el ovetense Manuel Vaz, su amigo Manu, sigue siendo un pilar fundamental para su integración. "Muchas veces somos los propios profesores los que le decimos a Manu que le transmita alguno de nuestros mensajes a Sheriffe. A él le entiende a la primera", explica su tutor y jefe de estudios en el centro, Julio López.

La amistad que une a Manu y a Sheriffe supera cualquier barrera. Ellos tienen su propio lenguaje de signos para comunicarse y son capaces de discutir con distintos movimientos de sus manos si es mejor Messi o Cristiano Ronaldo. "Él es del Madrid y yo del Barcelona. Es un poco cabezón y a veces nos peleamos, pero como es mi mejor amigo tengo que verlo todos los días celebrar los goles como Ronaldo", asegura Manu. También hablan de chicas. Sólo con unos cuantos gestos y palabras clave bien vocalizadas Manuel Vaz le pregunta a Sheriffe cuál de sus compañeras le hace tilín y él niño de origen ghanés, aunque algo cortado, admite que la afortunada es Elia. "Se pone nervioso al decirlo", le provoca Manu entre risas.

Sheriffe -un niño espigado que roza el metro setenta- es un apasionado del fútbol y también practica atletismo en el club La Santina, pero a pesar de ese ajetreo siempre saca tiempo para estar con su amigo. Con un poco de ayuda acierta a decir que se lo pasó muy bien con él durante las vacaciones de Semana Santa y que uno de los días estuvieron comiendo una hamburguesa en un conocido centro comercial del centro. Manu, como siempre, no tarda en salir al paso para ayudarle a contar cómo suelen quedar para salir sin usar el teléfono. "Solemos quedar en el colegio y luego el viene a buscarme a casa. Se pone debajo de mi ventana y empieza a gritar hasta que salgo. Luego bajo y nos vamos a jugar o hacer lo que sea. Nos llevamos muy bien y no tenemos ningún problema para entendernos como hacen otros amigos", señala el pequeño.

Un colegio especial

Manuel Vaz está acostumbrado a convivir con compañeros que necesitan refuerzos educativos y por eso asumió como normal la situación de Sheriffe desde un principio. "Aquí tenemos niños con discapacidades intelectuales, auditivas, alumnos con graves trastornos de conducta, síndromes de Asperger, niños con síndrome de Down... Somos un colegio con un alto porcentaje de alumnos con estos perfiles", explica el tutor de los dos amigos, que cursan sexto de Primaria. "Manuel no tiene problemas de ningún tipo, como otros muchos de nuestros chicos, pero además de ir perfectamente bien con sus estudios todos saben comunicarse a través del lenguaje de signos y respetan a sus compañeros que necesitan ayuda al cien por cien", subraya Julio López. "No es más que una cuestión de educación", recalca.

En el caso de Manu y Sheriffe ese vínculo es aún más estrecho. "Cuando eran muy pequeños era Manu el que nos decía cuando su compañero tenía ganas de ir al servicio o cuando necesitaba cualquier otra cosa. La verdad es que siempre ha sido un gran apoyo para él y nos ha servido mucho para complementar las ayudas que le ofrecemos diariamente a Sheriffe desde un punto de vista más profesional", recalca el tutor. "Manu es lo que más me gusta de Oviedo. Es mi mejor amigo", encadena Sheriffe.

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