Lo primero que le llamó la atención a Rafael Torga al entrar en la mezquita de Oviedo fue que en su interior no hubiese imagines a las que rezar. Levantó la mano y le preguntó el motivo al presidente de la comunidad islámica del Principado, Yahya Zanabili, que se esmeró en responderle a él y a sus otros setenta compañeros del IES Peñamayor de Nava -todos ellos estudiantes de la asignatura de Religión Católica- que ayer se desplazaron hasta Oviedo para conocer un poco más de cerca a las otras dos grandes religiones monoteístas con presencia en la capital del Principado: el Judaísmo y el Islam. "No tenemos imágenes de Alá porque nadie lo ha visto. Nadie se podría ni siquiera imaginar el aspecto de un ser todopoderoso que lo ha creado todo y que es capaz de guiarnos por el buen camino", le contestó Zanabili al joven.

"Pero si guía a los musulmanes por el buen camino, ¿por qué los terroristas gritan 'Alá es grande' cuando matan inocentes?", le espetó a continuación David Díaz, otro de los alumnos navetos. Al anfitrión le pareció una buena pregunta y no dudó ni un segundo al responderla. "Porque piensan que están haciendo algo que les va a llevar al paraíso. Hay personas que les lavan la cabeza para que actúen así, pero esos no son buenos musulmanes. El Islam promulga el respeto por la vida y el amor por los demás", dijo. A lo largo de su visita a la mezquita ubicada en el barrio de La Florida los jóvenes estudiantes de Religión Católica también aprendieron que los musulmanes rezan cinco veces al día, que no toman alcohol o que no comen cerdo porque así lo dice el Corán. También les explicó Zanabili el motivo por el cual la mujeres llevan velo. "Nosotros creemos que sólo hay un Dios y que nos puede legislar. Si Alá lo dice no nos preguntamos el motivo porque no se puede cuestionar al todopoderoso", señaló.

A continuación los estudiantes visitaron la sede de la comunidad judía en El Fontán. Allí los recibió su presidenta, Aida Oceransky, que también les contó muchas cosas sobre su religión. Por ejemplo que los judíos no pueden llevar piercings ni tatuajes "porque la Torá -las escrituras sagradas del Judaísmo- dice que no se debe hacer nada que contamine el cuerpo". Por eso los judíos sólo comen carne de rumiantes que tengan la pezuña partida y no ingieren marisco, "solo pescados que tengan escamas y aletas", les dijo Oceransky a los estudiantes. "Tampoco mezclamos la carne con leche porque está escrito que no se cocerá el becerro en la leche de su madre, o sea que no podemos comer espaguetis a la carbonara", añadió. Además, Aida Oceransky les habló de las costumbres del sabbath -el día de descanso para los judíos-, de las sinagogas y su actividad, sobre la estrella de David y del candelabro de siete brazos, entre otras muchas cosas. Para terminar les recalcó que el Judaísmo "es una religión igualitaria en la que todo se puede debatir excepto que Dios es único y que ni se ve, ni se toca ni se representa". Los estudiantes navetos terminaron su paseo religioso por Oviedo en la capilla de las religiosas de María Inmaculada. En la iglesia les esperaba la hermana Alicia Fernández, que pudo comprobar cómo los alumnos estaban mucho más familiarizados con los ritos y costumbres del catolicismo. La idea de traer a los estudiantes a Oviedo parte de su profesora de Religión, María Jesús Cuende, que la próxima semana repetirá la experiencia con sus alumnos de un instituto de Piloña. "Me parece una actividad interesante para educarlos en el respeto hacia los demás. Para avanzar en tolerancia no tenemos que mirar lo que nos separa, si no lo que nos une", sostiene.