La Policía Nacional detuvo ayer en Gijón al hombre que hace casi un mes secuestró a punta de pistola a un taxista de Oviedo y le robó la recaudación haciéndole ir desde la parada de la calle Alonso Quintanilla hasta Avilés pasando por Cudillero. Se trata de un ciudadano rumano al que también investigan por su vinculación con otros delitos similares, en concreto raptos exprés en otras comunidades autónomas.

Los agentes dieron con él después de una ardua investigación en la que fue fundamental el análisis de las grabaciones de las cámaras de vigilancia de la delegación de la Agencia Tributaria (ubicada en la calle Alonso Quintanilla, junto a la parada de taxis), la reconstrucción del loco recorrido en coche y la descripción física -que incluía el acento extranjero del delincuente- que proporcionó la víctima. Los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especial y Violenta de la Jefatura Superior de Policía (Udev) detuvieron ayer por la mañana al sospechoso como autor de un delito de detención ilegal y robo con intimidación, y a continuación le trasladaron a la comisaría de la capital asturiana para abrir diligencias antes de hacerle pasar a disposición judicial.

El domingo 26 de marzo el secuestrador se montó en los asientos traseros del taxi en la parada de Quintanilla y solicitó ir al aeropuerto. En ese momento, el conductor le envió un mensaje a su mujer para hacerle saber que iba a hacer la última carrera del día. Minutos después, el cliente le encañonó y le amenazó con pegarle dos tiros si no hacía lo que le decía. Le obligó a parar el vehículo y meterse en el maletero para que él pudiese tomar el mando. Así, el secuestrador condujo hasta Cudillero, pero terminó desorientado y volvió a sentar al volante al taxista forzándole a ir a Avilés. La carrera acabó en la calle Fernández Balsera de esa ciudad. Antes de huir, el asaltante amenazó a su víctima con matarle si lo denunciaba y le robó el dinero y el móvil. Ya solo en su coche, el taxista fue a la parada de la calle Doctor Graíño, contó lo que le había pasado a los compañeros y alertó a la Policía Nacional.

El dispositivo policial desplegado la misma noche del domingo para "sellar" las salidas de Avilés y tratar de dar caza al asaltante no tuvo éxito. Pese a que varios coches patrulla deambularon hasta la madrugada por las calles, el pistolero logró darles esquinazo. El chófer describió a su captor como un hombre de unos 35 años, calvo o con el pelo rapado y una estatura aproximada de 1,70 metros. Sin embargo, no lo reconoció en ninguna de las fotografías que los agentes le mostraron días después en la comisaría.

Los detalles de la posterior investigación policial no han trascendido y la Udev ha mantenido el caso bajo un secreto absoluto hasta dar con el culpable.