Los vecinos de Ventanielles temen que el solar que iba a ocupar el fallido vivero de empresas tecnológicas inspirado en el Silicon Valley californiano se convierta en “un gran agujero negro” una vez que el Ayuntamiento haya decidido liquidar el contrato con el respaldo del Consejo Consultivo del Principado. Por eso alguna de las asociaciones de vecinos del barrio solicitan al tripartito local (Somos, PSOE e IU) que utilice el dinero que iba a invertirse en la obra -paralizada a finales de 2015 tras iniciar los trabajos de excavación- “para reformar el barrio”.

Así lo exige Blanca Fernández, presidenta de la asociación de nueva creación bautizada como San Pedrín. “No se está invirtiendo ni un duro en Ventanielles”, se queja Fernández. Según la líder vecinal, hay residentes que han solicitado recuperar la parcela en la que se iba a levantar el vivero empresarial, que en un principio iba a ser financiado en parte con fondos Urban de la Unión Europea (UE), para destinarla a construir un campo de fútbol. “Tenemos varios equipos en barrio que no tienen ni donde entrenar ni donde jugar”, prosigue Fernández.

La presidenta de San Pedrín, después de insistir en que “tenemos miedo a que se quede como está”, afirma que en la abandonada parcela se está utilizando para hacer botellón “y cosas peores”. Y prosigue: “Entraban cuando había algo que robar, ahora lo hacen para beber, fumar, aparecen condones… Esto es un picadero para todo”. Fernández afirma que el lugar se ha convertido en un foco de insalubridad. “Hay malos olores, ratas…Y al lado a un parque infantil”, denuncia.

Además de aprovechar el dinero que no se invertirá en el vivero -el Ayuntamiento aún tiene que liquidar el contrato y confiar en que la empresa constructora, Los Álamos, no acabe llevando el asunto a los tribunales- para hacer un campo de fútbol, Fernández señala que también podría destinarse una parte importante para “mejorar las zonas de juego, las aceras… Vamos, para mejorar el barrio”. Y sentencia asegurando que “lo han dejado todo patas arriba para al final no invertir ni un euro”.

El vivero de Ventanielles iba a ser una de las obras estrellas del exalcalde Agustín Iglesias Caunedo (PP) del actual mandato si hubiera ganado las elecciones. Las obras comenzaron en los últimos meses del año 2015. En diciembre de ese año la empresa paralizó los trabajos tras solicitar al Ayuntamiento un cambio en el proyecto alegando que se ante la inestabilidad del terreno sería necesario inyectar más hormigón para no alterar el nivel freático de la zona. De lo contrario, advertía la compañía, podrían producirse derrumbes en la obra e, incluso, alterar la estabilidad de los edificios de viviendas colindantespodrían producirse derrumbes en la obra e, incluso, alterar la estabilidad de los edificios de viviendas colindantes. Algo así ya ocurrió en los años 90 del siglo pasado cuando se comenzó a construir un aparcamiento en los alrededores del Palacio de los Deportes.

La compañía también advirtió al Ayuntamiento de que tal y como estaba redactado el proyecto iba a ser imposible cumplir con uno de los objetivos: que el edificio tuviese un consumo energético prácticamente nulo. Ante la negativa del Ayuntamiento a cambiar el proyecto -esto hubiera supuesto un sobrecoste en la obra, que contaba con un presupuesto de unos 4,5 millones de euros- la empresa optó por paralizar los trabajos a finales de diciembre de 2015 habiendo ejecutado el 4,7 por ciento de la obra. Desde entonces no se ha vuelto a mover una piedra. Mientras, el Ayuntamiento inició el procedimiento para liquidar el contrato. Y en esas está.