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MERCEDES DÍAZ SOMOANO | Vicedirectora de Programación, Seguimiento y Divulgación Científica e investigadora del Instituto Nacional del Carbón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas

"La formación de una sociedad en cultura científica es su motor de desarrollo"

"El ciclo de debates que iniciamos en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el próximo martes pretende ser un foro de discusión"

Mercedes Díaz Somoano. LNE

Mercedes Díaz Somoano, vicedirectora de Programación, Seguimiento y Divulgación Científica e investigadora del Instituto Nacional del Carbón del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (INCAR-CSIC), subraya que la II edición del ciclo de debates Controversias Científicas, que comienza el próximo martes, 2 de mayo, a las ocho de la tarde, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, tiene como objetivo ofrecer una ventana al conocimiento, creando un verdadero foro de discusión con especialistas, pero también con posturas diferenciadas, a fin de componer un puzzle de opiniones y puntos de vista. El ciclo, organizado por el CSIC, la Universidad de Oviedo y LA NUEVA ESPAÑA, también cuentan con el patrocinio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y la colaboración de la Delegación del CSIC en Asturias.

-¿Cuál es el objetivo de este ciclo, y cómo se han diseñado los asuntos que se tratarán?

-Las controversias científicas son debates entre varios expertos en los que se abordan temas importantes para la sociedad. Pretenden ser un foro abierto de discusión y puesta en común para el público asturiano. Hemos querido diseñar unos debates que reflejen temas que, creemos, son de gran importancia para el conjunto de la sociedad asturiana.

- ¿Cómo se distribuirán las sesiones?

-Durante los meses de mayo y junio realizaremos cinco encuentros entre investigadores, profesionales y expertos de diferentes materias que conversarán por espacio de una hora y media sobre el arte y la ciencia, las redes neuronales y las redes computacionales, los alimentos transgénicos, el periodismo científico y la medicina regenerativa.

- Da la impresión de que aumenta el interés por las cuestiones científicas. ¿Está de acuerdo?

-Estoy totalmente de acuerdo con esa observación. Precisamente acaba de presentarse la encuesta de percepción social de la ciencia realizada por FECYT. El porcentaje de españoles que sigue la ciencia y la tecnología con interés ha pasado del 6,9 por ciento en 2004 al 16,3 por ciento en 2016. El interés por la ciencia y la tecnología sigue siendo mayor en los jóvenes. La encuesta también pone de manifiesto un importante aumento del interés en la ciencia en el tramo de edad de 45 a 65 años. Creo que, en general, los ciudadanos tienen una imagen positiva de la ciencia, y de que ésta aporta muchos beneficios a la sociedad. Evidentemente, cuando se pregunta sobre estos beneficios siempre se relacionan con aplicaciones o tecnologías como son internet y la telefonía móvil. Pero también existe conciencia de beneficios a medio y largo plazo, como es en el caso de la investigación con células madre o el desarrollo de nuevos materiales. La ciencia básica es un pilar para el desarrollo científico de un país y hay que acercarla al público.

- ¿También a los más pequeños?

-Desde luego. Los científicos aparecen como la segunda profesión más valorada, sólo por detrás de los médicos. Este resultado es muy satisfactorio para todos los que trabajamos en el mundo de la ciencia y la investigación.

- ¿Con qué mirada debemos acercarnos a la ciencia?

-Creo que en este aspecto vamos en el buen camino, y lo más importante es que los ciudadanos comencemos a percibir la ciencia como algo cercano y beneficioso. Todavía queda mucho por hacer en este sentido, pero es verdad que la ciencia cada vez está más presente en los medios de comunicación, en la escuela, y hemos avanzado mucho en estos años en materia de divulgación y de cultura científica. Los investigadores desempeñamos un papel muy importante en este acercamiento. Tenemos que implicarnos en serio en dar a conocer nuestros conocimientos y, a veces, o bien porque no sabemos o porque nos cuesta explicar nuestras investigaciones en términos sencillos, o bien por estar inmersos en nuestro trabajo y percibir que no disponemos de tiempo para ello, vamos cerrando nuestro campo de interacción y haciendo que la ciencia se perciba como algo aislado.

- Los hallazgos científicos deberían estar más cercanos a la gente. ¿Ayudan estas iniciativas?

-Rotundamente, sí. Son la principal herramienta para acercar la ciencia, los hallazgos científicos, a la gente. Tanto el CSIC, el INCAR, como la Universidad de Oviedo, llevamos varios años apostando fuerte por la divulgación científica. Anualmente organizamos ciclos de conferencias, jornadas de prácticas de laboratorio para alumnos de secundaria, cine científico, campus de excelencia y un sinfín de actividades.

- ¿Es importante el trato directo con los estudiantes?

-Tratamos de acercarnos físicamente a ellos, yendo a centros educativos a dar charlas o a hacer experimentos con los más pequeños. También, actualmente, interaccionando en blogs y programas televisivos. Concretamente, el ciclo que vamos a comenzar el próximo martes pretende ser un foro abierto de discusión, con la participación activa del público, fomentando el intercambio de conocimiento en diferentes ámbitos clave de la ciencia, la tecnología y la innovación. Queremos alejarnos del marco convencional de las charlas de investigadores y que sea el público el que pregunte e interactúe personalmente con el científico o el especialista.

- ¿Qué papel desempeña la mujer en la investigación española, y concretamente en Asturias?

-La investigación no es una excepción. Aunque el papel de la mujer en la investigación cada vez es mayor, está muy por debajo de lo que debería. Esta situación es aplicable no sólo a Asturias, sino a toda la investigación española. Hay aspectos que resultan chocantes. En las carreras universitarias, hay una importante mayoría de estudiantes mujeres, por lo que parece razonable que hubiera un porcentaje importante de participación de mujeres en investigación y en la carrera científica. En cambio, según se va avanzando en la carrera investigadora, el número de mujeres va disminuyendo frente al de hombres. Este hecho es especialmente acusado en los niveles más altos.

- El CSIC tiene una comisión de Mujeres y Ciencia.

-Sobre los aspectos relacionados con el género y la investigación existen numerosos trabajos y se están realizando esfuerzos para compensarlos. El CSIC no ha permanecido ni permanece ajeno a esta cuestión. El problema de la baja presencia de las mujeres en las tareas científicas de la institución, que venía arrastrándose desde casi la creación del propio CSIC, hizo que la junta de gobierno aprobara en 2002 la comisión de Mujeres y Ciencia, que se ocupa de estudiar las posibles causas que dificultan tanto el ingreso como la carrera de las mujeres, y de proponer posibles acciones destinadas a conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en el mundo de la investigación.

- ¿Ya van cosechando frutos?

-Sí. Y si me pregunta también sobre el interés, en cuanto a nuestra experiencia, de asistencia y participación de las mujeres como público y como colaboradoras en las actividades de cultura científica que venimos desarrollando en Asturias, es muy gratificante ver el gran número de mujeres que se suman a ellas. Al final, el conocimiento científico y la formación en cultura científica de una región y de una sociedad son el motor de los países desarrollados.

- ¿Qué dicen las estadísticas?

-Según la octava encuesta de percepción social de la ciencia que realiza la FECYT, el interés de las mujeres por estas materias ha subido del 9,9 por ciento en 2014 al 13,7 por ciento en 2016. Si esto lo unimos al leve descenso del interés de los hombres, que pasa del 20,4 por ciento al 18,5 por ciento, vemos que la brecha de género se ha reducido a la mitad en sólo dos años. No está nada mal.

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