El joven ovetense Diego Parrondo Ojanguren vuelve a ser embajador por Holanda de la carrera "Wings for Life World Run", por tercer año consecutivo. La prueba se celebra hoy en la localidad holandesa de Breda, igual que en treinta y tres ciudades de otros tantos países.

Se trata de la gran cita anual para deportistas con daños medulares que les causó tetraplejia. Esta prueba tiene el objetivo de recaudar fondos para destinarlos a la investigación de daños en la médula espinal.

"Repetir como embajador en esta prueba es una gran satisfacción, ya que es una carrera muy especial, porque lo conseguido vuelve hacia ti", comentó a este periódico el exalumno del colegio de los Jesuitas que realiza estudios de Ingeniería de Automoción en el Reino de los Países Bajos.

"Además este año se superará el número de participantes en las diferentes pruebas que se realizarán, llegando a los cuatro mil", comentó satisfecho el entusiasta deportista.

Y como Diego Parrondo no para, desde que estuvo en Oviedo meses atrás recaló en el Reino Unido para probar una silla de ruedas hecha con materiales muy ligeros, "lo que me permitió mejorar tiempos y experimentar sensaciones muy distintas a las que tenía con las otras sillas que utilicé para las carreras", aunque en la "Wings" participará con la silla de ruedas que utiliza habitualmente en otras carreras.

En la edición del año pasado llegó a los veinte kilómetros, y en la prueba de hoy confía en hacer uno más. Y no tiene mala pinta, porque el año pasado consiguió la medalla de bronce en el Campeonato de Holanda de 400 metros y también hizo buenos tiempos en la primera carrera internacional que se celebró en Berlín el pasado mes de julio.

Y como Diego Parrondo sólo se plantea continuamente metas a la que llegar, no puede quitarse de la cabeza el poder participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio de 2020.