La Diócesis de Oviedo despidió ayer, en la iglesia de San Francisco de Asís, al sacerdote Rafael Saráchaga (Bilbao, 18 de marzo de 1934), que falleció el día anterior en la casa sacerdotal a los 83 años. Durante cuatro años había sido coadjutor de esta parroquia. Siempre tristes, los funerales de clérigos son cada vez más frecuentes. "Hemos perdido a siete curas de la Diócesis en los últimos doce días", lamentó el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, que presidió el funeral. Así que pidió una oración por las vocaciones, "sobre todo, entre los jóvenes".

Sanz Montes encabezó la celebración exequial, en la que subrayó la enorme talla intelectual y la importante obra misionera del fallecido, tanto en Suecia como en Alemania y Holanda, en un templo abarrotado de fieles.

"Nos dio a todos los que tuvimos la suerte de tratarlo su testimonio de humildad y de servicio", señaló monseñor Jesús Sanz Montes, al tiempo que recordaba que "en el Seminario Metropolitano de Oviedo, donde fue ordenado sacerdote el 22 de agosto de 1965, despertó en él su vocación misionera".

Rafael Saráchaga se incardinó en la Archidiócesis de Oviedo como miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, intrínsecamente unida a la prelatura del Opus Dei. Sobre el ecumenismo que el sacerdote fallecido realizó en Holanda, Alemania y Suecia, destacó monseñor su especial dedicación en la comunidad católica de este último país, al que siguió muy vinculado hasta poco antes de su muerte.

Entre su extensa y fructífera labor misionera, el Arzobispo señaló la fundación de un convento de monjes franciscanos en la localidad sueca de Jonsered, cerca de Gotemburgo. Saráchaga restableció la orden franciscana en el país nórdico. Y es que, además, esta tarea evangélica tuvo la peculiaridad de que una gran parte de esta comunidad religiosa estaba formada por protestantes que el padre Saráchaga convirtió al catolicismo.

En su labor pastoral logró la conversión de más de trescientos protestantes al catolicismo, añadió al final del funeral el párroco de San Francisco de Asís, Fernando Llenín, "de lo que don Rafael estaba especialmente orgulloso".

El párroco de la "iglesia redonda" tuvo palabras de gratitud hacia el padre Saráchaga "por la labor que durante cuatro años realizó en esta comunidad. Su memoria queda entre nosotros", resumió Fernando Llenín.

El padre Rafael Saráchaga, experto en Teología y en Derecho Canónico, que era considerado una persona de gran talla intelectual, murió como vivió: con humildad y discreción, sin perder nunca su vocación misionera.