"Si hay alguna sidra mala este año es por mala praxis porque materia prima tenemos la mejor". Esa fue la advertencia del lagarero Tino Cortina al inicio de la XVIII Preba de la Sidra de la calle Gascona. Una cita en la que quedó patente la excelente mano de los 18 lagareros que aportaron 6.500 botellas, pasando el examen con nota, pues las existencias se esfumaron en apenas tres horas, con la calle totalmente abarrotada.

Aunque el buen tiempo ayudó, expertos y hosteleros coincidieron en apuntar al culpable de que la de ayer fuese la edición más concurrida de la historia, con 3.000 bonos vendidos y una estimación de 7.000 personas circulando por la calle durante la celebración del evento. "La sidra es buenísima porque pega en el vaso", explicaba el hostelero Toño Álvarez, de la sidrería La Finca, mientras trataba de dar abasto a tanta multitud. "Es sin duda el año con más gente", sostenía.

Curiosamente, fue la sidra escanciada por el propio Álvarez, la del lagar Viuda de Angelón, de Nava, la que resultaría ganadora del premio otorgado por el jurado popular. "Está buena a más no poder", sostenía la sierense Georgina Peláez, mientras degustaba uno de los palos de la sidra premiada desde una mesa en la que se sentó a primera hora impidiendo que fuera retirada. "De aquí no nos mueve nadie", apuntó, encantada con una Preba que este año descubrió por primera vez.

También resultó premiada, en este caso por el jurado experto, la sidra con la que la saregana Trabanco acudió a este evento ovetense. Otro de los productores participantes reconocido fue el lagar Herminio de Colloto. En esta ocasión, Andrés Alonso se conformó con recoger el premio a "la etiqueta más guapina", un galardón de nueva creación con el que se trata de ahondar en la importancia de todos los factores para que tanto la sidra como la imagen sea la mejor posible.

Encantados con todo ello se mostraron los visitantes venidos de diferentes puntos de España, que quedaron boquiabiertos por el hecho de que se pudiera degustar sidra hasta fin de existencias por tan sólo cuatro euros. "Estoy impresionada tanto por el precio de la bebida como por el de la comida, porque los bocatas son muy baratos", declaraba la malagueña Carmen Pena, que estos días visita a unos familiares en la capital asturiana.

La jornada transcurrió sin mayores sobresaltos pese a las quejas previas de la asociación de vecinos de la zona durante los últimos días. Ayer, con dificultad pero sin mayor problema, discurrieron varios coches por Gascona durante la fiesta a pesar de la concentración de gente.