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El Fleming debate sobre guerra y refugiados en sus VI Jornadas culturales

El periodista Pablo Morán presenta los dramas de Siria y el Congo a los alumnos

Pablo Morán, ayer, en el Instituto Doctor Fleming. LUISMA MURIAS

La guerra, la crisis económica, el hambre y el miedo. Esos fueron los motivos que los alumnos del Instituto Doctor Fleming señalaron ayer cuando Pablo Morán les preguntó cuales creían que eran las causas de las migraciones. Tal y como les reconoció después el periodista radiofónico, que ha trabajado en países como Siria y que se encargó de clausurar las VI Jornadas Culturales con "F de Fleming, estaban en lo correcto. Les dio la razón justo antes de pedirles que reflexionasen durante 60 segundos, un tiempo que el centenar de chicos de 3º de ESO que acudieron a la charla debían emplear para ponerse en el lugar de quienes se ven obligados a abandonar sus países de origen.

"Cada minuto 24 personas son forzadas a desplazarse", contó Pablo Morán a los alumnos, que se mostraron muy participativos durante toda la ponencia. Para llevar a cabo el "pequeño experimento" les mostró después una fotografía de la localidad siria de Alepo a la que siguió un vídeo de como ha quedado la ciudad tras los combates que han involucrado a las fuerzas del presidente Bashar al Assad, sus opositores, y los miembros de grupos terroristas. "¿Y que ha pasado con toda esa gente?", preguntó desde el patio de butacas del salón de actos del Fleming una de las alumnas. Mientras en la pantalla se proyectaban una serie de edificios destruidos, el periodista señaló que millones de personas han dejado el país desde que comenzó la guerra huyendo del horror que el conflicto bélico ha supuesto para la población.

Pablo Morán puso después el foco en África para preguntar a los adolescentes si conocían el coltán. "El material con el que se fabrica los móviles", dijo uno de los estudiantes. "Fijaros la cantidad de dinero que podría generar la República Democrática del Congo vendiendo este mineral", replicó el comunicador para contraponer esa hipótesis con la situación real que vive el país, con millones de desplazados y una complicada situación social azotada por las carencias y el hambre. El ponente trazó después con la mano una línea sobre el mapa para dividirlo en dos parcelas. En la zona norte situó a los países de destino de las migraciones, mientras que en la parte sur, donde se encuentran los países más empobrecidos del planeta, colocó los lugares de procedencia de quienes viajan en busca de una vida mejor.

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